El pasado viernes 29 de octubre se emitió el último programa de educación radial de Ñañomoarandu Radio Rupive para educación básica y educación media en las escuelas de Fe y Alegría Paraguay. Una iniciativa que en Entreculturas apoyamos desde el momento en que la pandemia obligó a cerrar los colegios del país y del mundo en nuestro empeño de no dejar a nadie atrás. Los alumnos y alumnas quedaron a la merced de la virtualidad, un sistema que necesariamente implicaba disponer de conexión a internet y dispositivos que permitieran seguir con las clases desde sus casas.
Esta situación obligó a muchos niños y niñas a abandonar sus estudios, por lo que decidimos implementar un sistema de escolarización por radio en todas las instituciones educativas como alternativa para una gran mayoría de estudiantes que no tenían acceso a la tecnología y al uso de la plataforma virtual, ya sea por la mala conexión, por falta de dispositivos o por ausencia de señal.
A través del proyecto no solo se llegó al número estimado de alumnos y alumnas, sino que estudiantes de otras escuelas se sumaron a la iniciativa ante la falta de alternativas en sus centros.
En 2020, el programa llegó a 20 semanas de clases por radio, 100 clases producidas para cada grado y un total de 31.200 minutos de clases grabadas y producidas por el equipo de Fe y Alegría. En 2021, debido a las restricciones sanitarias, se ha seguido con esta metodología de audio-cuadernillo desde el nivel inicial hasta tercero de nivel medio, con un total de 32 semanas emitidas hasta la fecha.
Un trabajo intenso e inmenso que involucró a docentes, quienes grababan las clases; al equipo de la Radio 1300 AM, encargados/as de realizar la edición; y el equipo de Oficina Nacional, donde se distribuían tanto los audios como los cuadernillos a las distintas escuelas y colegios.
Ana María Ríos ha sido la encargada de la gestión institucional y quien estuvo al mando de la impresión, recepción, conteo y distribución de las cartillas de distribución gratuita que fueron entregadas a todos los centros educativos de Fe y Alegría Paraguay.
“Un trabajo de dos años con una experiencia muy rica, con sorpresas, porque nos sorprendemos de lo que realmente somos capaces en una emergencia que nadie tenía previsto. Ni siquiera pensamos alguna vez que la educación se podría parar. Fueron respuestas que se fueron dando y experiencias que se fueron quedando”, asegura Ana María.
También hablamos con Irma Samudio, coordinadora pedagógica, quien dirigió uno de los equipos encargados de realizar los planes y la redacción de las áreas desarrolladas en los cuadernillos, quien rememorando el punto más crítico de la pandemia, cuando el pico de altos subía considerablemente, reconoce la labor de los docentes en la misión de hacer llegar los materiales a los estudiantes:
“Destacamos la valentía y el coraje del equipo directivo, porque si se enfermaba algún profesor o profesora, era ese equipo el que tenía que hacer la distribución”, agrega Irma. “A pesar de las dificultades, el bien era mayor. Hubo momentos en que tuve que recurrir a compañeros/as. Pensar que no estaba sola, sino que había un equipo de trabajo en donde podíamos apoyarnos me reconfortaba. Gracias a Dios y gracias a todo ese engranaje, a toda esa sinergia no hemos fallado ni una semana”.
“El año pasado que estaba todo cerrado trabajamos el doble, porque trabajamos sin hora. Era un trabajo que no paraba y uno no está solo. Eso es lo bueno de trabajar en equipo: vos sentís que no estás solo, no sos vos la única isla que está ahí, sino que hay un montón de gente trabajando contigo”, añade Ana María. “Fue un año donde el país paró, pero parece que nosotros corrimos el doble. Toda esa satisfacción es lo que hoy, después de estas 57 semanas, podemos evaluar y vamos sacando lo positivo de todo eso”.
© Fe y Alegría Paraguay
Los resultados
“Nos preparamos para 9.000 alumnos y alumnas, pero en el camino se iban sumando otros. Las escuelas de Fe y Alegría manifestaban que la matrículas de los estudiantes iban creciendo porque había alumnos de escuelas públicas, entre otras, que se matriculan en escuelas de Fe y Alegría para poder tener acceso a este sistema, a este modelo educativo. Entonces, uno se da cuenta que todo ese servicio que está haciendo es un servicio que parece no tener barreras ni murallas. Había gente que podía acceder a la radio y seguir las clases desde otros lugares donde no está Fe y Alegría. Es una satisfacción grande ver que uno puede hacer incidencia”, expone Ana María.
Educación que trasciende
“El momento más lindo era cuando escuchaba las experiencias de las familias”, menciona Irma. “Algunas mamás decían que aprendieron con sus hijos. Mamás que no leían ni escribían y sin embargo a través de los audios, de las cartillas y acompañando a sus hijos aprendieron a leer y a escribir. Eso nos anima muchísimo y nos da muestra, nos indica que el trabajo vale la pena”.
“Cuando tuvimos la oportunidad de recorrer las escuelas con la nueva directora, la hermana Nancy, decían «si no hubiese existido, si no se hubiese hecho estas clases radiales con los cuadernillos, mi hijo ya no se iba a ir a la escuela»”, continúa. “También al término los directores/as nos decían «nosotros no tuvimos deserción, al contrario, hemos aumentado la matrícula»”.
María, madre de uno de los alumnos de Fe y Alegría Paraguay, es una de las participantes de este proyecto, ya que a medida que acompañaba a su hijo ella también aprendió. “Yo aprendí con mi hijo, con la radio. Haciendo la tarea con él aprendí a escribir y a leer”, cuenta María.
“Ojalá que esto [la pandemia] termine”, afirma Irma, “pero si regresara nos van a encontrar fortalecidos y va a encontrar a un gran equipo humano tanto en las escuelas, en las comunidades, en oficina nacional, disponibles a prestar ese servicio con mucha dedicación con mucho compromiso, deseosos de llegar a los hogares que más nos necesitan, en las zonas vulneradas”.