En esta edición reivindicamos los derechos de todas las personas refugiadas en el mundo.
El Día Internacional de las Personas Refugiadas nos interpela, un año más, a mirar de frente una realidad que no podemos ni debemos ignorar: más de 123,2 millones de personas en el mundo se han visto forzadas a huir de sus hogares debido a conflictos armados, persecuciones o catástrofes naturales. Lo más devastador es que casi 49,2 millones de niños y niñas forman parte de estas cifras. Infancias interrumpidas, sueños rotos, vidas marcadas por la incertidumbre y el desarraigo.
Frente a este escenario, desde Entreculturas, junto a Alboan y de la mano del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), alzamos la voz a través de nuestra campaña Escuela Refugio: La educación es su mejor defensa. En medio del caos y el dolor, la escuela se convierte en mucho más que un aula: es un salvavidas. Es el primer lugar donde la infancia desplazada puede sentirse protegida, recuperar una cierta normalidad y reencontrarse con la esperanza. La escuela es un escudo frente al reclutamiento forzoso, la violencia y el olvido, y una herramienta imprescindible para reconstruir el tejido social y construir paz.
La educación no puede esperar. Es un derecho esencial y urgente que debe garantizarse desde el primer momento. Por eso, desde Entreculturas reclamamos el compromiso decidido de gobiernos, donantes y organismos internacionales para que ningún niño o niña refugiado o desplazado se quede fuera de la escuela, y para que los sistemas educativos en contextos de crisis cuenten con recursos estables y suficientes.
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