Saludos desde Boa Vista, Brasil. Mi nombre es Rocío, y llevo como voluntaria VOLPA tres meses. Conocí VOLPA en África, donde coincidí con una post-VOLPA que fue voluntaria en el Servicio Jesuíta a Refugiados de Kenia; su historia me conmovió y, al poco tiempo, me encontraba aprendiendo en las sesiones formativas previas al voluntariado, siempre con mi libreta roja en mano, donde ahora escribo mi testimonio.
VOLPA me ha traído para colaborar con el Servicio Jesuita para Migrantes y Refugiados de Brasil (SJMR). Desde el SJMR se brinda acompañamiento y apoyo a personas migrantes, a través de asesorías jurídicas, apoyo psicológico, búsqueda de empleo, regularización de documentos y cursos de formación.
Mi experiencia aquí está siendo completamente enriquecedora. Ahora me siento orgullosa y agradecida de poner en práctica los conocimientos adquiridos en la formación. Es importante resaltar que, antes de ser VOLPA, uno debe tener claras sus motivaciones, por qué quiere estar aquí.
La situación socioeconómica de Venezuela está siendo completamente devastadora, afectando principalmente a la población. Por ello, migrar se ha convertido en la única solución o, quizá, la más viable para muchos y muchas. Brasil realmente es un país pionero, en términos de medidas legales migratorias y redes de apoyo, y es muy emocionante poder hacer parte de este proceso.
Desde el Servicio Jesuita, en Boa Vista, capital del estado fronterizo con Venezuela, en Brasil, se escuchan las necesidades de todos y todas. Realmente es asombrosa la resiliencia del pueblo venezolano, la buena actitud que los acompaña en los momentos más complicados y su profundo agradecimiento a todo el que aporte su pequeño grano de arena a ayudar su situación.
Hablando desde el privilegio, que reconozco tener, al poder decidir venir a vivir este voluntariado, me gustaría motivar a que todo el que pueda, también lo haga. Lo que más agradezco de esta experiencia es poder conectar con esta nueva realidad, desde la proximidad con las personas y la empatía.