“La situación causada por la COVID-19 fue una sorpresa para nosotros. Tuvimos muchos encuentros con las diferentes comunidades para pensar qué hacer.” El Director de nuestra organización socia Fe y Alegría Guinea, Mborong Etienne Senyuy, recuerda de esta manera las primeras reacciones ante el avance, a principios del mes de marzo, de la crisis del coronavirus.
Qué hacer con la educación cuando los colegios cierran, cómo apoyar a las familias que viven al día y que no obtienen ingresos, cómo prevenir el virus y evitar contagios en las comunidades… “La situación en Guinea ahora es muy compleja. La COVID ha endurecido una situación que ya era dura”, reconoce Etienne. Por poner un ejemplo, las escuelas han sido cerradas por el virus, pero anteriormente, las huelgas o las protestas políticas también forzaron el cierre de los colegios.
Con un índice de alfabetización del 38% para los hombres y del 23% para las mujeres, la educación (principal línea de acción de Fe y Alegría en el país) es un ámbito en el que hay mucho por hacer. “La educación no es una prioridad para el Estado ni lo es para la gente, que cree que lo más importante es vivir el día a día y tener el pan de cada día”, asegura Etienne.
Saber cómo hacer llegar la educación ha sido todo un reto, sobre todo, en las zonas rurales, donde, “el teléfono es un lujo, e internet un sueño”. Ante esta realidad, la radio se ha convertido en una herramienta fundamental para la enseñanza.
“Hemos descubierto que Fe y Alegría empieza donde las ondas no llegan”, asegura Etienne. “Tenemos los cursos grabados en audio: así los alumnos no necesitan tener ondas para escucharlos, y no tienen que parar sus actividades normales de la casa. Pueden escuchar la radio y hacer sus ejercicios cuando les venga bien”. El profesorado y el personal de Fe y Alegría son los encargados de desplazarse a las comunidades para dar a cada alumno una radio y los cursos preparados.
Esta metodología ha resultado ser una gran oportunidad tanto para la educación de los niños, niñas y adolescentes, como para las personas adultas, ya que las familias escuchan los cursos todos juntos. “Un papá que no ha estudiado y que escucha los cursos nos llamó para que le explicáramos una cosa de Química que no entendía”, recuerda con cariño el Director de Fe y Alegría.
Ahora la preocupación está en la vuelta al cole y en no dejar a ningún alumno ni alumna atrás. Desde Fe y Alegría miran con especial atención a las niñas, las más vulnerables entre los vulnerables. “Hemos hecho una investigación en tres pueblos y las conclusiones que hemos sacado es que más de 2 niñas de cada 10 no regresarán a la escuela porque están embarazadas o porque han iniciado una relación con un hombre”, alerta Etienne.
Apoyo a las comunidades
Junto a Fe y Alegría, hemos puesto en marcha otras acciones para atender a la población guineana en las dificultades que están atravesando. Una de las medidas ha sido la creación de un taller de corte y confección en el que las personas participantes cosen mascarillas que luego distribuyen entre el alumnado y sus familiares. Unas visitas que también se aprovechan para para informar y sensibilizar sobre las formas de prevención frente al virus.
Con el confinamiento, además, está creciendo la pobreza en las zonas rurales porque las familias no salen a trabajar y las que tienen cultivos en el campo no pueden ir al mercado a vender. “Ayudamos con comida y con semillas para que cultiven su tierra”, explica Etienne.
De esta manera, Fe y Alegría Guinea ha constatado su capacidad de resiliencia en estos momentos de incertidumbre e inestabilidad, demostrando que, ante cada reto, surgirán nuevas iniciativas y acciones para seguir acompañando a la población.