«La tormenta de una nueva pandemia nos tomó desprevenidos a todos; sin distinguir entre sexo, religión, nacionalidad, o cualquier otro tipo de criterio discriminatorio, se fue expandiendo a lo largo de nuestra casa esférica y, sin querer, nos enseña mucho…ahora es nuestro deber aprender de ello”, Facundo Velásquez, joven integrante de la Red Generación 21+ desde el grupo de Participación Juvenil Organizada de Salta, Argentina.
¿Cómo se está afrontando la situación marcada por el Covid? ¿Qué retos urgentes hay que atender tanto en los entornos globales como locales? ¿Cuáles son los desafíos globales sobre los que consideran prioritario trabajar durante los próximos años?
2020 está marcado por una de las experiencias más globalizadoras de todos los tiempos, y es que la pandemia mundial no entiende de fronteras ni de puntos cardinales. El nuevo contexto que ha impuesto el Covid nos ha dejado muchas preguntas y dudas no resueltas a las que hemos querido responder a través de una investigación participativa a jóvenes, educadoras/es y acompañantes de los grupos de la Red Generación 21+, presente en más de 22 países.
En total, 1.379 personas participaron en la investigación y gracias a ellas tenemos una mirada amplia de lo que ocurre y cómo se está enfrentando el reto del Covid en todos los rincones del planeta: desde el corazón de la selva amazónica, cruzando las costas caribeñas, las metrópolis bulliciosas, el mundo rural de países europeos, y pasando por ciudades diversas del continente africano.
Las preguntas se organizaron en torno a cuatro bloques: a) violencia y género; b) derecho a la educación; c) cuidados y afectividad; y d) desafíos globales sobre los que les gustaría orientar el trabajo de la Red a partir de ahora. Estas han sido sus respuestas y reflexiones:
Sobre violencia y género:
Las respuestas ponen de manifiesto la profunda preocupación por el aumento de la violencia hacia las mujeres, especialmente la física, psicológica y sexual, recordando la probabilidad de que aumenten los feminicidios en tiempos de pandemia.
El 69% de las personas participantes en la investigación mantiene que las mujeres y niñas están más expuestas a violencias y vulneraciones en contextos de emergencia sanitaria como el actual.
Entre las situaciones que identifican que están afectando especialmente, destacan el incremento de la violencia hacia las mujeres que conviven con su maltratador en contexto de confinamiento; la feminización del empleo precario, el aumento de la brecha económica entre géneros; y el trato inequitativo en los roles de cuidados, cargando a las mujeres con la mayor parte del peso de los trabajos sanitarios, educativos y de asistencia social, tan fundamentales en tiempos de emergencia.
Sobre derecho a la educación:
“En todos estos meses hemos puesto a prueba la resistencia del sistema educativo y de los derechos humanos, entre otros muchos”, Iris Trigo, ex participante del programa Red Solidaria de Jóvenes, voluntaria de Entreculturas en Galicia.
Los resultados de la encuesta reflejan el derecho a la educación como una de las mayores preocupaciones de la juventud, educadores/as y personas encuestadas. Destacan la incertidumbre ante la posibilidad de no terminar sus estudios por falta de recursos económicos o desajuste en los procesos de aprendizaje, y el miedo al deterioro de la calidad educativa tras el Covid-19.
Entre los aprendizajes de este periodo, destacan haber tomado conciencia de la educación más allá de la escuela como lugar físico, sino como un derecho fundamental para que se puedan cumplir los demás derechos, un espacio de intercambio y un lugar de protección y cuidado emocional.
Sobre cuidados y afectividad:
“Covid-19, sólo quiero decirte que he aprendido realmente el valor de las cosas necesarias del amor verdadero y que una videollamada te puede llevar en un segundo a la otra punta del mundo. Estoy segura que saldremos de esta juntas y juntos. Ánimo y fuerza”, Iris Trigo.
En cuanto al eje de cuidados y afectividad, el 89% de las personas encuestadas perciben la afectividad y los cuidados emocionales en tiempos de crisis como muy importantes. Entre las emociones principales sentidas durante estos tiempos de crisis, en primer lugar se sitúa la preocupación (64%) en tercero la ansiedad (33%) y en segundo lugar la esperanza, emoción elegida por el 48% de personas encuestadas.
La gran mayoría de las personas encuestadas afirman haber cambiado sus prioridades durante este periodo, tomando conciencia del valor de la familia, las personas queridas, la necesidad de cuidar la vida y el Planeta, y la importancia de la solidaridad entre las personas, en especial hacia aquellas que se encuentran en contextos más vulnerables.
Sobre los desafíos globales:
“Ser parte de la red me ha enseñado que un amigo o amiga puede ser la persona que está a metros de mí o, incluso, al otro lado del mundo. No hay que confundir el encierro con un castigo, sino como una forma de cuidar al otro”, Facundo Velásquez.
Las personas encuestadas identifican tres desafíos globales, en torno a los cuales quieren orientar su trabajo de incidencia y movilización durante el próximo periodo: a) derecho a la educación; b) cuidado del medioambiente; y c) prevención de la violencia e igualdad de género.
Sobre estos ejes, consideran que se deben desarrollar acciones que favorezcan los procesos de incidencia, como fortalecer los procesos formativos para el desarrollo de capacidades ciudadanas, potenciar el trabajo en Red de los diversos procesos juveniles y sumar esfuerzos con otras organizaciones presentes en los territorios.
Consideramos que los datos recogidos son cruciales para alumbrar el camino y extraer claves y conclusiones, tanto para el futuro del trabajo de la Red Generación 21+, como para otros movimientos de participación juvenil, así como para las políticas educativas y juveniles de los próximos años.
Tenemos el convencimiento de que el afrontamiento de esta pandemia y de los demás retos globales sobre los que esta se manifiesta, pasa indefectiblemente por la integración protagonista de los y las jóvenes en la respuesta colectiva ante esta nueva realidad, así como el aprovechamiento de esta situación como una oportunidad de empoderamiento ciudadano y de educación para la ciudadanía global.
Una vez más, es la juventud quien alumbra el camino. Nuestro reto es estar a la altura y saber acompañarla.