Las empresas tienen la oportunidad de desempeñar un papel decisivo en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva, respaldar iniciativas de inserción sociolaboral no solo responde a un compromiso ético, sino que también fortalece el tejido social y económico. Desde la Fundación Entreculturas, destacamos la importancia de que el sector empresarial se sume al impulso de empresas de inserción, pilares fundamentales de la economía social y solidaria.
Estas empresas son impulsadas por organizaciones sociales y además de generar oportunidades laborales para personas en situación de vulnerabilidad, promueven modelos de negocio basados en el bien común, la sostenibilidad y el trabajo en red. Ejemplos como Ellas lo Bordan, Amoverse Empresa de Inserción e IMENA ilustran cómo esta filosofía trasciende el ámbito económico para transformar vidas y comunidades.
Ellas lo Bordan es un taller textil que se convierte en un espacio de empoderamiento para mujeres en situaciones de vulnerabilidad. A través de la confección de productos sostenibles de alta calidad, estas mujeres encuentran una vía de desarrollo personal y profesional que no solo mejora su calidad de vida, sino que también refuerza su autoestima y capacidad de autogestión.
Por su parte, Amoverse Empresa de Inserción se destaca como una empresa especializada en servicios integrales de mantenimiento, limpieza, logística básica y servicios auxiliares. Su misión va más allá de la provisión de servicios: crea itinerarios personalizados de formación y acompañamiento que permiten a las personas en riesgo de exclusión social acceder a un empleo digno y sostenible. Este enfoque integral fomenta una mejora continua tanto en las capacidades laborales como en la calidad de vida de los beneficiarios.
IMENA, en Asturias, está dedicada a la inserción laboral de jóvenes extutelados; esta empresa de inserción ofrece oportunidades reales a quienes más las necesitan, ayudándoles a construir un futuro estable tras haber pasado por el sistema de protección de menores. Su labor no solo mejora las perspectivas individuales de estos jóvenes, sino que también contribuye a fortalecer la cohesión social en su comunidad.
La labor de empresas como estas no sería posible sin el apoyo activo de actores estratégicos, entre ellos otras empresas, que pueden contribuir con recursos, redes y visibilidad. Es en este contexto donde las alianzas adquieren un valor trascendental, por ejemplo, la Fundación Moeve ha otorgado una ayuda de 25.000 euros al proyecto «Amoverse Triple Impacto», demostrando cómo la colaboración interinstitucional puede potenciar el impacto positivo. Este proyecto integra una estrategia de crecimiento económico, un plan de sostenibilidad medioambiental y un enfoque en el impacto social, con medición de resultados y especial atención a la equidad de género.
El apoyo de las empresas es un factor decisivo para amplificar el impacto de las empresas de inserción. Colaboraciones directas, inversiones estratégicas o la integración de sus servicios en las cadenas de valor fortalecen la estabilidad y el alcance de estas iniciativas y generan beneficios tangibles para las empresas que las respaldan. Al trabajar juntas, las organizaciones se integran en redes de economía social, alinean sus operaciones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y refuerzan su posicionamiento como líderes responsables, capaces de inspirar confianza en clientes, socios y colaboradores.
Como en otras acciones de Responsabilidad Social Corporativa, apoyar a las empresas de inserción es una decisión estratégica que responde a la necesidad de construir un modelo económico más resiliente y preparado para los desafíos actuales. Las desigualdades, el desempleo y la exclusión social siguen siendo retos globales y estas iniciativas demuestran que es posible crear valor compartido, promoviendo soluciones sostenibles que benefician a las personas, las empresas y la sociedad en su conjunto.