Hay muchas vidas construyendo futuro y, a través de estas páginas, hemos querido acercarte algunos ejemplos: los docentes que están dando forma a Fe y Alegría en África; los chicos y chicas jóvenes, llenos de energía, que se indignan ante la pobreza y que están dispuestos a participar para transformar el sistema; las personas que no miran para otro lado y que empatizan con el sufrimiento de los miles de refugiados y refugiadas que llegan a Europa o aquellas para quienes correr una carrera es el modo de comprometerse con la educación de calidad en Chad; las niñas y las mujeres que superan los fantasmas y salen adelante y no dudan ni un segundo en alzar su voz para denunciar la violencia de género y acompañan y cuidan a otras mujeres que, como ellas, han sufrido esa injusticia. Todas estas personas, con nombre y apellidos, son una razón para seguir apostando por la solidaridad y los valores humanos.