“Una de las claves de mi experiencia de voluntariado internacional fue vivirla con perspectiva de encuentro. Mi labor no era sólo hacer un trabajo, sino trabajar con otras personas, acompañarlas y cuidarlas” (Miguel Ángel Rodríguez VOLPA en Chile, 2002)
Este año, en el marco del Día Internacional del Voluntariado que se celebra cada 5 de diciembre, queremos reivindicar el papel del voluntariado como uno de los cauces más potentes para la sensibilización sobre distintas realidades de exclusión e injusticias. El voluntariado internacional es una experiencia de encuentro que rompe prejuicios, permite entender las dinámicas globales y transforma la vida replanteando opciones, prioridades, valores, maneras de relacionarse.
Foto: Blanca – Nicaragua
Si hay un programa que aglutina la esencia de esto es el Programa de Voluntariado Internacional Pedro Arrupe (VOLPA). Más de 1.000 personas han pasado por esta experiencia desde que se pusiera en marcha hace 30 años y coinciden en señalar el punto de inflexión que ha supuesto en sus vidas y en cómo ha impactado el poder trabajar junto a las personas de . Y es que despojarse de todo (familia, casa, trabajo…) y abrirse a la vida de par en par en otro país no deja indiferente a nadie.
“VOLPA es una experiencia que te marca. Yo he quedado marcado en cuanto al estilo de vida, a la relación de pareja, a las opciones personales” (Gerardo, VOLPA en Ecuador en 1993). “Estoy convencida de que soy mejor persona después de la experiencia. La gente nota que has cambiado, buscas más autenticidad, tanto en ti como en los demás” (Aurora, VOLPA en Paraguay en el año 2000).
VOLPA surgió en 1991 como una red de voluntariado de la Compañía de Jesús en España, inspirado en el legado de Pedro Arrupe (de quien toma su nombre) y en su llamada a salir al encuentro de otras culturas y a cambiar las estructuras injustas que generan sufrimiento en nuestro mundo. A lo largo de su historia, este programa ha sido impulsado por VOLPA Catalunya, Entreculturas y Alboan, siendo actualmente las dos últimas las que se coordinan para dar continuidad al programa.
Foto: Cristina – Kenia
“En las tres etapas del proceso (formación, experiencia en terreno y regreso) la persona cuenta con varios espacios de acompañamiento personalizado. Poder contar con un espacio de diálogo y reflexión individualizado con una persona que le confronta, apoya en sus necesidad, le ayuda a profundizar y hace que la persona se sienta sostenida antes, durante y después de la experiencia”, afirma nuestra compañera Ana Vázquez Ponzone, Responsable de Voluntariado Internacional.
Para Entreculturas es fundamental priorizar las expectativas de las personas participantes para que la experiencia tenga sentido en el proceso vital de la persona voluntaria y posicionarse frente a dinámicas que van alimentando un modelo de turismo solidario (en muchas ocasiones con fines lucrativos) que genera o fortalece visiones y relaciones desequilibradas entre las personas voluntarias y las comunidades que las acogen. Desde Entreculturas llevamos 30 años promoviendo un modelo de voluntariado internacional transformador.
Para que esto llegue a ser así le damos mucha importancia tanto al momento previo al viaje como al momento de regreso. Los meses de formación son esenciales para profundizar en las verdaderas motivaciones de la persona que quiere vivir la experiencia, para crecer en habilidades y conocimientos que permitan su adaptación y contribución al contexto una vez en terreno. Garantizar un buen cierre del proceso de voluntariado también es primordial para que la persona pueda digerir e interiorizar lo vivido y compartirlo con su entorno, convirtiéndose así en un agente de sensibilización y transformación.
Foto: Teresa – Ecuador
Experiencia Sur y Profes en Compañía
Además de VOLPA, en Entreculturas también impulsamos “Experiencia Sur”, una propuesta de voluntariado de corta duración para las personas cercanas a nuestra organización o que forman parte de ella (personal contratado y voluntario, docentes de nuestros programas educativos, antiguos alumnos/as de centros jesuitas…). Tras un periodo de formación y reflexión, las personas participantes tienen la oportunidad de encontrarse durante un mes con la realidad de los países con los que colaboramos. En sus 15 años de recorrido, más de 200 personas han pasado por Experiencia Sur.
“Experiencia Sur fue un mes de conocer a muchas personas, tanto del barrio de Managua en el que vivíamos como asociadas al proyecto en el que trabajamos. Un mes de contrastes. De acercarnos a una realidad dura, como es la violencia de género y la explotación sexual. Un mes de conocer otras maneras de vivir. De conectar con sensaciones olvidadas, incluso algunas que no conocías que te habitan, y que sólo ante determinadas situaciones tienden a activarse”, cuenta Clara Maeztu, integrante del equipo de Ciudadanía de Entreculturas y una de las personas que ha participado en este voluntariado.
Después de un intercambio entre un grupo de educadores y educadoras del colegio jesuita Pedro Claver (Lleida) con profesorado de la red de escuelas de Fe y Alegría de la región de Cuzco (Perú) en 2016, se decidió incorporar a nuestra oferta de voluntariado internacional de corta duración la modalidad de “Profes en Compañía”, una propuesta conjunta entre Entreculturas, el Área de Pastoral MAG+S y el sector de Educación de la Compañía de Jesús en España (EDUCSI). Este formato permite a docentes de colegios jesuitas realizar el voluntariado en las escuelas de Fe y Alegría donde colaboran e intercambian experiencias con otros docentes.
“Esta experiencia me ha marcado tanto que doy mis clases y sonrío recordando todas las conversaciones con las profesoras de allí, sus canciones al comenzar cada día, sus juegos y su lucha por intentar mejorar, y he ahí el punto desde el cual empieza mi trabajo desde aquí: transmitiendo las desigualdades que existen, lo que supone nacer en un punto geográfico o en otro y el bien que podemos hacer con un poco de voluntad”, explicaba Laura Moreno tras su vivencia en Perú en 2019.
Foto: Angela – Chile
#VoluntariadoEsCooperación
Paralelamente, el voluntariado internacional podría definirse como una escuela de participación ciudadana que lucha por una vida digna para todos los y las habitantes del planeta. En un contexto de crisis de la democracia, el voluntariado es una manifestación de participación política que sirve para demandar mayores garantías sociales. Especialmente, ante el auge de discursos de odio y xenofobia que se centran en migrantes, refugiados o, simplemente, en personas en condición de pobreza, el voluntariado es una expresión de puente y promoción de la cultura de la hospitalidad, reconociéndonos como integrantes de una misma humanidad.
“Hace falta reconocer el valor del voluntariado internacional en España, valor que se ha manifestado en los más de 70 años de historia precediendo al sector de la cooperación tal y como lo conocemos hoy y siendo germen del mismo. Y, aún hoy, bombeando a decenas de profesionales que, tras pasar por dichas experiencias, deciden dedicar su vida profesional a dicho sector con pasión y deseo de no dejar a nadie atrás en nuestro mundo” afirma Sonia Fernández, Coordinadora de Personas y Equipos de Entreculturas “Reconociendo dicho valor, hace falta “dignificar” la situación del voluntariado internacional en la cooperación española, especialmente el voluntariado de larga duración, pues el Voluntariado es Cooperación”, agregó.
El voluntariado internacional en nuestro país antecede a la Cooperación oficial. El altruismo y solidaridad de la población española en otros países cuenta con una larga trayectoria y ha sido una cantera de futuros profesionales, cooperantes, que comenzaron su trayectoria movidos por una identificación con la solidaridad internacional.
Foto: Blanca – Nicaragua
A pesar de ello, en España el voluntariado no cuenta con el apoyo suficiente ni con un marco institucional ni legislativo que lo ampare. Desde Entreculturas y Alboan, llevamos años reivindicando la necesidad de un respaldo potente que contextualice la especificidad del voluntariado internacional y que esté enmarcado en la Ley de Cooperación al Desarrollo, garantizando así procesos de voluntariado de calidad -en todas sus fases- que promuevan e involucren a la ciudadanía en la transformación social.
Demandamos a las administraciones públicas y a nuestra representación política la visibilización y el fomento del voluntariado en cooperación internacional con medidas concretas que promuevan y faciliten la participación ciudadana. Solicitamos, además, que se desarrolle un marco legal específico que lo regule -acorde al de otras instituciones europeas- y que así responda a la idiosincrasia de estos programas, así como medidas de fomento que lo saquen del ostracismo y que muestren su aporte de valor a la cooperación internacional española.