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Utilización de menores soldados, una realidad para niños y niñas que viven en zonas de conflicto

 

Hoy, 12 de febrero, conmemoramos el Día contra la Utilización de Menores Soldado, una de las más graves violaciones a menores en zonas de conflicto armado. En el mundo, más de 420 millones de menores viven en zonas afectadas por conflictos. En 2019, Naciones Unidas reportó más 25.0000 graves violaciones contra menores en zonas de conflicto, entre las se incluyen asesinatos, mutilaciones, violencia sexual, secuestros, denegación de acceso humanitario, reclutamiento y ataques a escuelas y hospitales.

En 2020, el contexto marcado por la COVID-19 no ha hecho más que incrementar la vulnerabilidad de menores en zonas afectadas por conflictos armados. Las medidas restrictivas para contener la pandemia han tenido en ocasiones un efecto adverso en la protección y prevención de violaciones contra menores en zonas de conflicto. “El cierre de escuelas ha aumentado la exposición de menores al reclutamiento y uso por parte de los distintos grupos en conflicto”, afirma el Informe Anual del Secretario General de Naciones Unidas para la Cuestión de  Menores y Conflictos Armados, y alerta de que el impacto socio-económico de la COVID-19 podría incrementar la exposición de menores a la violencia sexual y a la trata en zonas de conflicto.  

En el caso de las niñas, también son reclutadas y utilizadas por los grupos militares, pero están expuestas en particular a la violencia sexual, al embarzo precoz y la trata, así como al estigma y el rechazo por parte de las familias y la comunidad.   

El caso de República Centroafricana
El resurgimiento del conflicto en la República Centroafricana pone en riesgo la vida de 1,5 millones de menores con necesidad de asistencia humanitaria. Desde el pasado mes de enero, los grupos armados han tomado las principales carreteras del país y han bloqueado el acceso. Con la escalada de violencia y la reorganización de los grupos armados, existe el riesgo de nuevos reclutamientos de menores.      

En República Centroafricana, en los últimos 6 años, 14.000 niños y niñas han sido reclutados por grupos armados para formar parte en los combates. Niñas como Sophie* (nombre ficticio para preservar su identidad) que tenía 13 años cuando la guerra comenzó en su pueblo, Bria. “Vi como mataron a mi padre y a mi madre delante de mí”, explica. En los grupos armados, algunas chicas son utilizadas como esclavas sexuales o encargadas de preparar la comida, hacer las tareas de la casa o ser enfermeras. Sophie tenía el rol de combatiente. Cuando le preguntan por las tareas que realizaba en el grupo, responde: “Yo hacía lo mismo que ellos habían hecho con mis padres”. Tras abandonar el grupo armado en el que pasó un año y tres meses, Sophie entró a la formación que desde Entreculturas, junto al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), realizamos en Bambari para el apoyo psicosocial a menores, promoviendo el acceso a medios de vida, trabajando en la rehabilitación de niños y niñas desmovilizados de conflictos armados, y promoviendo valores como la reconciliación y la construcción de la paz.

Sophie, junto a otras 22 chicas, participaron en el programa La Luz de las Niñas. “Gracias a este proyecto decidí dejar las armas y aprender un oficio. Desde que estoy en la formación he perdonado para seguir el buen camino. Un día llegué a Bambari con mi grupo armado, escuché que había una sensibilización de Entreculturas y el JRS que estaba buscando a menores excombatientes y sentí mucha curiosidad. Conseguí escabullirme para ir a ver. Durante la charla nos propusieron una nueva vida: en ese momento sentí que la cólera disminuía un poco y ese mismo día decidí tomar la decisión correcta. Si me hubiese quedado en el grupo armado nunca habría aprendido un oficio. Ahora sé que estoy en la buena vía.”


 

Apoyo a la escolarización y la integración socio-económica de niñas en la República Centroafricana
Son muchos los desafíos que supone trabajar en la República Centroafricana, dado el contexto de violencia e inseguridad, los años de violencia generalizada que sufre el país y la ausencia institucional, que dejan a la infancia en situación de desprotección, en especial a las niñas.

Entreculturas junto al Servicio Jesuita a Refugiados, a través del programa La Luz de las Niñas viene apoyando desde el 2016 distintas intervenciones dirigidas a la reintegración de niñas soldado en Bambari y a la escolarización e integración socioeconómica de niñas en situación de especial vulnerabilidad. Más de 3.500  niñas han participado en el programa, a través del acceso educativo, alfabetización, formación en salud e higiene menstrual y acceso a espacio de protección para la infancia.       

 

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