El sábado 14 de agosto Haití volvió a temblar. Un terremoto de magnitud 7,2 según la escala de Richter sacudió el suroeste del país, a 12 kilómetros de la ciudad de Saint-Louis du Sud.
El primer ministro de Haití declaró el Estado de Emergencia y definió la situación como «dramática». Hasta ahora, el recuento asciente a más de 1.400 personas fallecidas y más de 5.000 heridos. El seísmo ha causado graves daños en las infraestructuras, especialmente en las localidades de Jérémie y Les Cayes.
Estamos al habla con nuestros compañeros y compañeras de Fe y Alegría y del Servicio Jesuita a Migrantes en Haití. Michaud Levelt, S.J., Director Nacional del Servicio Jesuita a Migrantes, nos enviaba esta mañana estas palabras:
Desde el terremoto del 12 de enero de 2010, Haití experimenta considerables olas de migración. Sus hijas e hijos, que tienen lo mínimo, han intentado por todos los medios salir del país. En los últimos años hemos pasado de una catástrofe a otra sin tener tiempo para digerirlas. ¡Qué miseria!
Apenas empezamos a llorar la muerte del presidente Jovenel Moïse, nos despertamos con la tierra moviéndose bajo nuestros pies por un terremoto de magnitud 7,2. Todo el país lo ha sentido. Sin embargo, sólo el Gran Sur está de rodillas. Una región que se quedó muy afectada por el huracán Matthew hace cuatro años. Hogares y vidas han sido arrasadas. Las imágenes son impactantes.
Una evaluación parcial disponible en la web del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres menciona «doscientos veintinueve muertos, un número considerable de heridos y cientos de viviendas, iglesias y escuelas dañadas o destruidas». Por ejemplo, según el obispo de Nippes, André Dumas, siete de cada diez casas están destruidas. En el departamento de Grand’Anse, el puente sobre el río Jérémie se derrumbó, y en Rivière Glace la carretera está completamente bloqueada a causa del deslizamiento de tierra. Grandes inquietudes en medio de la gente. Miles de familias y niños están en la calle. La ayuda humanitaria es urgente. Hay necesidades.
En este sentido, el SJM-Haití está pidiendo su apoyo en lo que puede para poder intervenir urgentemente en estos días. Como se sabe, en medio de estas grandes tragedias, los artículos más necesarios son los de primera necesidad y no perecederos.
Todo el equipo de SJM-Haití está movilizado. Uno de nuestros colegas está preparándose para ir al Sur para recoger datos de primera mano que nos permitirán intervenir a largo plazo. Por ahora, en nombre de estas víctimas y en nombre de la dirección del SJM-Haití les pido su indulgencia.
Gracias
En la Cadena SER, el periodista Nicolás Castellano se puso en contacto con Paul-Fils Belotte S.J., Director de Fe y Alegría Haití (minuto 2.05)