Una lectura fílmica de los ODS: el guion de nuestro futuro
Teresa y Gonzalo, ¿Cómo decidís haceros voluntarios de Entreculturas?
Nuestra preocupación por la falta de equidistancia social, en lo concerniente a derechos y oportunidades, nos condujo a convertirnos en voluntarios de Entreculturas. Desde la delegación de Salamanca advertimos en la educación el auténtico germen de cambio, identificando la escuela como los cimientos sobre los que construir nuevos tejidos sociales, de sencilla permeabilidad.
El SGD Film es un proyecto liderado por Entreculturas y financiado por la Unión Europea que trabaja los ODS a través de recursos audiovisuales y en el que vosotros estáis participando. ¿cómo se ha gestado este proyecto?
Vivimos en un planeta que ve agotados sus recursos, bajo la tutela de una moral colectiva desgastada, por ello, nuestra generación asume un cambio de paradigma que nos insta a reaccionar. Esta realidad engarza con las propuestas, de régimen político, para el futuro global, alojadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Humanizar las propuestas legislativas atiende a una de nuestras principales inquietudes como actores cívicos. Entre los principales ejes de actuación de la Agenda 2030, destacan las tareas de divulgación de los mencionados ODS, a lo que se añade como requisito exponer las acciones y resultados parciales. Con la voluntad de abordar esta tarea, la UE ha reaccionado desde su programa de proyectos Erasmus +, aceptando una propuesta versada sobre alfabetización mediática en materia de promoción, y explicación pedagógica, de los ODS. Seis entidades iberoamericanas, de Colombia, Uruguay, Paraguay y España, han protagonizado este proyecto, donde el cortometraje se ha convertido en el formato seleccionado para condensar todas las pretensiones sociales de los socios. Nuestras propuestas cinematográficas verán la luz en un festival celebrado en Salamanca, el próximo mes de noviembre.
¿Que aprendizajes destacarías dentro del proyecto?
La formación recibida, en materia de alfabetización mediática y audiovisual, nos provee de herramientas para abordar estímulos digitales que inauguran nuevas brechas en nuestro modelo social. El cine ofrece un lenguaje común, encapsulado en una narrativa propia, que construye una alianza entre la imagen y las emociones. Su dinámica gesta un proceso democratizador, en el que el ciudadano debe rechazar toda actitud pasiva. Ofrecer nociones sobre lenguaje audiovisual apela a la protección del individuo. De esta forma, nuestra capacidad cognitiva se ve reforzada, trabajando una lectura que estriba en la reflexión. Esta metodología nos ha permitido desplegar un sistema divulgativo responsable y coherente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Durante el mes de Septiembre, las organizaciones que forman parte del proyecto os habéis reunido en Uruguay, para poder compartir y avanzar en las propuestas de los cortometrajes. ¿Con que os quedáis de este encuentro?
La colaboración entre los socios iberoamericanos ha inspirado sinergias, no contempladas en su diseño, que responden al ámbito personal. La multiculturalidad ha logrado transgredir el mero contraste socioeconómico, tejiendo relaciones entre iguales. Esto ha permitido a los participantes compartir su testimonio de vida en un espacio seguro, ilustrando así el contexto al que pertenece cada entidad. El proyecto ha esquivado toda generalización, así mismo, nos hemos esforzado por no incurrir en tópicos desde nuestra mirada occidental.
Todo ello nos ha mostrado capaces de hacer una lectura cinematográfica de la realidad, aprendiendo a “leer” un cine guionizado por la vida humana.