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Solidaridad y atención humanitaria ante el éxodo más rápido desde la Segunda Guerra Mundial

40 días después de que estallara la guerra en Ucrania, la cifra de personas desplazadas no para de crecer: la población refugiada suma ya 4,2 millones, mientras el número de personas desplazadas internamente se cuentan por más de 6,5 millones. En total, cerca de 11 millones de personas, la mayoría de ellas mujeres y niños, se han visto forzadas a huir de sus hogares. O, lo que es lo mismo, el éxodo más rápido desde la Segunda Guerra Mundial.

Ante esta situación, nuestro trabajo sigue estando en las fronteras, entre ellas, la de Rumanía. Este país es, junto a Polonia y Hungría, uno de los mayores receptores de población refugiada durante esta crisis humanitaria. De acuerdo con Marius Talos, el director de nuestra organización socia JRS Rumanía, el país solía recibir alrededor de 6.000 peticiones de asilo anuales, sin embargo, en las primeras semanas tras el estallido de la guerra ya se han registrado más de 3.200 solicitudes. “Es algo que nunca hemos tenido en Rumanía”, asegura Talos.

De acuerdo con la coordinadora de proyectos JRS Rumanía en Bucarest, Irene Teodor: “no solo son ucranianos y ucranianas, también son estudiantes en situación de refugio de Marruecos, Túnez, India, Georgia… de todos los países del mundo”.

Si bien es cierto que Rumania suele ser un lugar de tránsito y no de destino, se ha visto un aumento sin precedentes del flujo migratorio y, desde que se inició la guerra, del número de personas que buscan residir en Rumanía. Se estima que el país ha acogido a más de 630.000 personas refugiadas procedentes de Ucrania.

JRS Rumanía está presente tanto en la capital, Bucarest, como en las fronteras con Ucrania. Su trabajo se centra en dar apoyo multidisciplinar para quienes más lo necesitan, comenzando con la atención desde el momento en el que cruzan las fronteras, ofrecimiento de alojamiento, asesoramiento legal y cubriendo sus necesidades más básicas, incluyendo la asistencia psicológica. “Ofrecemos refugio a gente que está esperando una respuesta del estado rumano y que vive por un par de semanas, meses o años en régimen transicional”, afirmó Marius Talos.

De estudiantes de medicina a refugiadas

Abir y Aisha Ben Hamza, hermanas tunecinas que estudiaban medicina en la ciudad portuaria de Odesa, explicaron a JRS cómo su vida cambió de un día para otro y resaltan los cuidados que han estado recibiendo desde que lograron cruzar a Rumanía: “estábamos un poco asustadas y conmocionadas por la guerra, pero nos ofrecieron comida y un lugar cálido donde quedarnos”.

Las jóvenes tunecinas están agradecidas de las labores de acompañamiento y apoyo que se están llevando a cabo con la población refugiada. Hablan de cómo JRS y otras organizaciones les facilitaron un lugar en el que pasar la primera noche, y cómo se les facilitó hacer vida en un nuevo país, a pesar de estar en shock y sin contar con recursos económicos.

El trabajo de JRS es posible gracias a la solidaridad mostrada por la sociedad europea, también, como no, la española, a la que Marius Talos se dirige con estas palabras: “agradezco de corazón esa generosidad que nos descubre hermanos aún sin conocernos”.

Apoya a la población refugiada:

Estamos centrando nuestro apoyo en las siguientes líneas de actuación:

  • Refugio y alojamiento
  • Alimentos
  • Agua y saneamiento
  • Servicios de salud básica
  • Transporte seguro
  • Asistencia psicológica
  • Asistencia legal
  • Apoyo educativo

Más información aquí.

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