Gracias a la unión, el cuidado y el acompañamiento mutuo, los equipos de nuestra organización socia Fe y Alegría Argentina están consiguiendo superar y reducir el impacto de la pandemia. Ejemplo de ello es el centro educativo situado en el barrio Solidaridad, Salta Capital, un lugar donde la desigualdad social y la falta de recursos sigue siendo una realidad para muchas familias.
Silvia Argota, directora de secundaria del centro desde el año 2006, nos cuenta cómo, a pesar del cierre de las escuelas, han conseguido sostener el vínculo entre alumnado y las familias creando comunidad: “he aprendido el valor de la fortaleza espiritual y comunitaria para hacer frente a las dificultades”, afirma.
La mayoría de familias que viven en el barrio Solidaridad se sustentan económicamente mediante trabajos informales. Con la llegada de la pandemia, muchas de ellas se han visto inmersas no solo en una crisis sanitaria, sino también en una crisis económica, social y educativa.
Muchas familias no tienen conexión a internet ni disponen de suficientes recursos, así como dispositivos electrónicos, que les permitan seguir con la educación a distancia. Frente a esta situación, el equipo de Fe y Alegría ha conseguido hacer llegar la educación a todos los hogares a través de llamadas telefónicas y visitas semanales a aquellas familias que no tenían posibilidad de conexión. También han puesto en marcha una plataforma educativa que permite a los profesores y profesoras seguir con la enseñanza, así como la formación y el acompañamiento del personal docente para poder adaptarse al trabajo a distancia.
Seguir con las clases virtuales les ha permitido generar propuestas educativas significativas y les ha posibilitado llevar a cabo un aprendizaje más autónomo y de reflexión en el marco de la pandemia y las problemáticas sociales que han derivado de ella. “Se fue logrando, paso a paso, un porcentaje alto de conectividad gracias a Fe y Alegría Argentina, que ayudó con material didáctico, kits sanitarios, comida, etc.”, nos comparte Silvia Argota.
La plataforma virtual tuvo tal apoyo que otros centros educativos de Fe y Alegría la están replicando como espacio de capacitación para alumnos y familias, de enseñanza, de actividades y entrega de tareas, etc. El compromiso de toda la comunidad educativa, tanto docentes como personal administrativo, ha hecho posible sostener el vínculo y el desarrollo educativo del alumnado del centro.
Desde la campaña «La Silla Roja», que ha viajado hasta Argentina y a muchos otros rincones del mundo, queremos superar otro desafío: dar continuidad a la enseñanza durante el 2021 y alzar la voz en defensa del derecho a la educación. Sentimos, más que nunca, que la educación ayuda a proteger a miles de niños y niñas en situación de refugio, violencia, pobreza o exclusión social. En palabras de Gustavo Calderón, alumno egresado del colegio de Fe y Alegría en Solidaridad, “a pesar de las barreras que surgieron, hoy estamos aquí: guerreros y guerreras que lucharon hasta final”.