Formador VOLPA de Entreculturas en la Delegación de Sevilla
Todo empezó en 2003, cuando entré a formarme en el programa VOLPA de Entreculturas en Sevilla. Acabada la formación, estuve en Asunción (Paraguay) entre 2004 y 2005, trabajando como voluntario en dos asociaciones locales: Parlamento Joven, que se dedicaba a la formación de jóvenes para que en el futuro fuesen líderes honestos y comprometidos con los más necesitados; y Mil Solidarios, que se dedica todavía hoy a la promoción educativa de chicos y chicas de barrios desfavorecidos para que puedan estudiar en buenas escuelas y acceder a la Universidad. En ambas asociaciones llevaba la contabilidad, la logística y daba clases de apoyo, entre otras cosas. A mi regreso, cuando me preguntaban por la experiencia allí, siempre respondía lo mismo: lo he pasado mal muchas veces, y bien otras tantas, pero sobre todo me siento enriquecido.
Decidí ser formador del programa VOLPA de Entreculturas porque, en Paraguay, viví de cerca la importancia de la preparación previa cuando uno se dispone a ser voluntario de cualquier tipo. Estando allí, conviví con otras personas que habían ido a Asunción para colaborar pero que no habían pasado por nada parecido a VOLPA y andaban un poco perdidos, sin saber gestionar algunas emociones o carentes de sensibilidad para ciertas cosas…
En mi tarea como formador VOLPA de la Delegación de Sevilla, procuro transmitir ese valor a la formación. Junto con mis otros tres compañeros, también formadores, llevamos a cabo reuniones intensas, volcadas en el intercambio de experiencias, sentimientos y opiniones.
Nuestra labor se vuelve, pues, muy personalizada. Somos conscientes de que merece la pena invertir tiempo y esfuerzo en el Norte para crear verdaderos “agentes transformadores” en el Sur. Y, para mí, es un placer contribuir a esa tarea.