Abir Sabra es tutora de educación infantil en JRS Jbeil (Líbano). Su pasión es fomentar el desarrollo social, emocional e intelectual de niños y niñas. Está cursando un máster de gestión educativa, necesario para desarrollar programas educativos basados en los intereses de sus estudiantes.
¿Cómo es trabajar con estudiantes refugiados?
Trabajar con infancia refugiada es una experiencia nueva para mí. Doy clase a niños y niñas que han vivido experiencias muy duras causadas por los conflictos: han perdido sus casas, sus pertenencias e incluso a familiares. Todos los días se arriesgan a pérdidas de algún tipo, incluido a la pérdida de su futuro.
¿Cómo estáis garantizando el derecho a la educación en esta situación?
Estamos haciendo lo que mejor podemos para proporcionar un entorno propicio para nuestros estudiantes. No queremos que estos niños y niñas pierdan su futuro, sus sueños ni su fe.
¿Cuán difícil es ser profesora bajo este contexto?
Un día, una de mis alumnas me preguntó: “Señorita, ¿puede ayudarme? Ni mi madre ni mi hermana saben leer”. La pregunta de esa niña pequeña me hizo sentir responsabilidad. Nosotros, como maestros y maestras, tratamos con niños cuyos padres no pueden ayudarlos: por eso nuestro trabajo no es solo educar a los niños y niñas refugiados, sino también a sus familias. Leer y escribir, que son cosas básicas para nosotros, son un sueño para aquellas personas que viven en en campos de personas refugiadas, asentamientos informales o en la calle.
¿Crees que Líbano acoge adecuadamente a las personas refugiadas?
Aunque ha sido el lugar más acogedor, las personas refugiadas viven una crisis dentro de una crisis. Más del 90% de los hogares de personas refugiadas vive en situación de extrema pobreza. La ONU dice que estos hogares subsisten con menos de la mitad del salario mínimo libanés -casi 36 dólares mensuales- y se están reduciendo en términos reales. Esto significa la privación de las necesidades humanas básicas, incluidos alimentos, agua, saneamiento, salud, refugio y educación.
¿Qué exigirías a la comunidad internacional para ayudar a estas personas?
Que se aumenten los fondos y que se proporcionen directamente a las personas refugiadas, a las comunidades de acogida y a las agencias de apoyo de la ONU. Además, se debe proporcionar a las personas refugiadas un entorno seguro y garantizar su acceso a los servicios.
¿Cómo apoya JRS a estas familias?
Desde 2013 JRS trabaja en todo Líbano a través de visitas domiciliarias, seguridad alimentaria, capacitación en medios de vida, creando centros educativos para niños, jóvenes y adultos refugiados, etc. En JRS Líbano creemos que, cuando trabajamos con personas refugiadas, las acompañamos en un camino que conduce a un futuro esperanzador.