El miércoles 9 de junio, en horario de 17:00 a 18:00, desde Entreculturas celebramos un acto online en el que presentamos el informe Decide Convive: Ciudadanía Global en contextos de exclusión, una investigación que analiza el impacto de la Educación para la Ciudadanía Global en la inclusión socioeducativa durante la adolescencia, con motivo de nuestra adhesión a la Alianza País contra la Pobreza Infantil.
El Acto contó con las intervenciones de Ramón Almansa, director ejecutivo de Entreculturas, Clara Maeztu, técnica de educación no formal de Entreculturas y coordinadora del informe Decide Convive, Carmen Gayo, directora de la oficina del Alto Comisionado que coordina la Alianza País y representantes de organizaciones clave en este ámbito de intervención como Carmen García, del programa de Infancia, Adolescencia y Familia de Cáritas Española, Jaime Pons, del Servicio Jesuita a Migrantes y Miguel Pérez, del servicio jesuita a infancia y juventud Red Mimbre.
La sesión fue un espacio en el que poder reflexionar sobre el papel de la promoción de la participación juvenil y el enfoque de Educación para la Ciudadanía Global, como estrategia clave en la atención integral de la inclusión social y la lucha contra la desigualdad en la infancia y la adolescencia, objetivo de la Alianza País contra la pobreza infantil coordinada desde la Oficina del Alto Comisionado para la lucha contra la pobreza infantil.
Así lo expusieron Ramón Almansa y Clara Maeztu, durante su presentación de la adhesión de Entreculturas a la Alianza País, y los resultados del informe Decide Convive: Ciudadanía Global en contextos de exclusión social.
Según expuso Ramón Almansa, la pobreza infantil alcanza en España a más de 2.200.000 niños y niñas, lo que coloca la tasa de pobreza infantil en nuestro país en casi un 27%, dejándonos a la cola de los países de Europa. Esta situación se agrava tremendamente en determinados grupos vulnerables. Los niños y niñas que viven en situación de pobreza infantil tiene un 80% de probabilidad de seguir viviendo en pobreza en la edad adulta. No podemos consentir que esta sea la herencia que van a recibir. Por ello es clave y urgente incorporar estrategias de abordaje integral que permitan romper esta dramática inercia.
Para esto, desde Entreculturas entendemos que una de las estrategias claves de este abordaje integral pasa por promover una educación crítica, de calidad e inclusiva, bajo el enfoque de Educación para la Ciudadanía Global, cuyo objetivo es fomentar experiencias de participación adolescente y juvenil capaces de fortalecer una ciudadanía informada, crítica y comprometida, que conozco la realidad global de su tiempo, y desarrolle las habilidades y recursos necesarios para dar respuesta a los retos globales en pos de la justicia social.
El informe Decide Convive sistematiza la línea de trabajo y principales conclusiones de casi diez años de la puesta en marcha por parte de Entreculturas de nuestra metodología de Educación para la Ciudadanía Global en el trabajo con más de 65 centros socioeducativos que trabajan con jóvenes en contextos de exclusión social. La evaluación externa realizada a esta línea de trabajo y la sistematización contenida en este informe concluyen que este enfoque educativo es especialmente pertinente a la hora de abordar la inclusión educativa durante la adolescencia, ya que promueve el desarrollo personal integral, la mejora de la convivencia, el rendimiento escolar y el aumento del capital y la creación de redes de las y los adolescentes con los que se implementa. El informe recoge los ámbitos del desarrollo personal en los que impacta esta metodología, así como los principales rasgos de éxito de la misma, que pasan por trabajar desde un enfoque global y de transformación social, fomentar la participación y protagonismo juvenil, apostar por metodologías vivenciales e innovadoras, formación de educadores y educadoras, promoción de encuentros en diversidad, integrar el enfoque medioambiental de igualdad de género e incorporación del ámbito digital. Clara Maeztu presentó los insumos del informe, concluyendo que “en Entreculturas estamos convencidas de que trabajar la inclusión social en la adolescencia a través de enfoques educativos transformadores y proyectos de participación adolescente con enfoque de EpDCG es una estrategia clave para abordar la inclusión educativa de manera integral, y por tanto nos ponemos al servicio del trabajo en red y de iniciativas como la Alianza País para trabajar de manera coordinada por este objetivo”.
Por su parte, Carmen Gayo expuso los objetivos y principales líneas de intervención del Alto Comisionado para la lucha contra la Pobreza Infantil. La Alianza País pretende abordar como objetivo de Estado las múltiples dimensiones de la pobreza infantil para promover un escenario en el que todas y todos los niños, niñas y adolescentes tengan las mismas oportunidades de futuro sin importar las condiciones de su nacimiento. Para esto, fomenta la coordinación entre distintos actores sociales involucrados en esta materia. Carmen recalcó la importancia del fomento de la participación y protagonismo infantil y adolescente para responder de manera integral a estos objetivos, destacando la necesidad de que organizaciones como las que estábamos representadas en el Acto trabajemos de forma conjunta y coordinada. Según la directora, “el tipo de intervención presentada está totalmente alineada con la labor del Alto Comisionado, ya que la participación es una de las estrategias básicas de la Alianza País. Uno de cada cuatro niños y niñas de nuestro país vive en riesgo o situación de pobreza. Es un problema de justicia social y de inteligencia como país. Las marcas de la pobreza en la infancia son difícilmente reparables en el futuro. Por ello es fundamental y urgente que rompamos este círculo, y para ello el Alto Comisionado quiere poner en el centro de los esfuerzos del Gobierno a la infancia vulnerada. Para ello es necesario visibilizar la problemática, articular políticas públicas basadas en los derechos de la infancia y actuar directamente sobre los efectos de la pobreza. El sector social conoce muy bien el problema, y tiene que ayudar a la Administración Pública, como estamos haciendo hoy aquí, con Entreculturas como aliada. Nuestro futuro como país depende del presente de la infancia. Por eso os pedimos que trabajemos juntos y juntas para ofrecer el mejor futuro posible a las niñas, niños y adolescentes.»
El Acto contó también con una Fila Cero, formada por representantes de organizaciones clave en el abordaje de la temática tratada. Carmen García, del programa de Infancia, Adolescencia y Familia de Cáritas Española, intervino destacando que “la pandemia ha puesto una lupa sobre las desigualdades ya existentes, y en este contexto la escucha de las infancias y adolescencias es primordial. Ellas y ellos saben lo que quieren, tanto en sus intereses como sus necesidades. Si no hacemos esto, no solo se estará vulnerando su derecho a la participación, si no que además, no se llegará a cubrir sus verdaderas necesidades. La participación es un proceso comunitario se descubren así mismos y mismas, y se convierten en agentes claves en sus comunidades. El sentido de comunidad es más necesario que nunca en estos momentos, sin embargo, no es una realidad. Necesitamos romper muros y miradas, consiguiendo que los y las adolescentes se conviertan en sus verdaderos protagonistas de sus vidas”.
Jaime Pons, del Servicio Jesuita a Migrantes, destacó la “importancia de acompañar para que los y las jóvenes encuentren su propia voz, para desde ahí avanzar hacia procesos de participación. Para ello, generar las condiciones para el encuentro es un punto de partida fundamental, que contribuya a que niños, niñas y jóvenes superen narrativas limitantes”, haciendo un especial énfasis en la importancia de abordarlo con la infancia y adolescencia migrante, de manera que estos procesos participativos y de encuentro puedan contribuir a sanar heridas y a la incorporación de la infancia migrante en los procesos comunitarios.
Por su parte, Miguel Pérez, en representación de la Red Mimbre, destacó que “las asambleas que hacemos con los y las jóvenes también mejoran mucho la convivencia y el sentimiento de pertenencia, incluso en el cambio de sus entornos. La participación social contribuye a que la adolescencia y la juventud deje de ser invisible”.
El Acto concluyó con la reflexión sobre las preguntas lanzadas a las y los ponentes, que nos llevó a hacer una reflexión sobre la importancia de la promoción de la participación para volver a colocar lo comunitario en el centro, promoviendo procesos de encuentro y participación que muevan a las niñas, niños y adolescentes a aprender a estar en comunidad, por su profundo poder transformador a la hora de abordar el reto de la pobreza y la exclusión social. Para eso, es necesario que instituciones, organizaciones y Administraciones Públicas actuemos también coordinadas, para dar mayor alcance, impacto y respuesta a retos tan importantes como este, colocando las consecuencias de la situación ocasionada por la COVID-19 en el centro de las estrategias de intervención que desarrollemos durante los próximos años.
Con estas reflexiones dimos por finalizado el Acto, a través del cual sellamos nuestra voluntad de trabajar de manera coordinada para abordar el reto de la inclusión social de la infancia y adolescencia desde un enfoque integral que tenga en el corazón de sus procesos la promoción de la participación social, para lo que el enfoque de Educación para la Ciudadanía Global será un gran aliado en las próximas décadas.