Las empresas necesitan reglas claras y estables para crecer, innovar y generar impacto positivo. Pero, ¿qué sucede cuando la simplificación normativa puede poner en riesgo los avances en sostenibilidad? La nueva Ley Ómnibus de la UE abre un debate clave sobre cómo equilibrar competitividad y responsabilidad social corporativa en Europa.
La Comisión Europea ha presentado el día 29 de enero su “Competitiveness Compass” una iniciativa que busca recuperar la competitividad y asegurar la prosperidad sostenible en Europa en tres áreas clave: Innovación, Descarbonización y Seguridad.
También se ha anunciado que el 6 de febrero se negociará a puerta cerrada la Ley óminbus para ajustes en materia de la CSRD (Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad), CSDDD (Directiva sobre diligencia debida de las empresas en sostenibilidad), Taxonomia y CBAM (Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono), que reducirá la carga regulatoria, con el objetivo de fortalecer la competitividad del mercado europeo frente a economías como la estadounidense y la china, la iniciativa busca simplificar normativas, reducir cargas administrativas y agilizar la inversión. Sin embargo, este enfoque plantea interrogantes sobre los posibles costos para la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa.
Un debate sobre Normativas y Responsabilidad Social Corporativa
En el corazón de la propuesta de la ley ómnibus se encuentra una revisión de regulaciones clave que podría suponer un retroceso al avance del trabajo realizado en los últimos años:
- CSRD: se plantean requisitos menos exigentes para las empresas medianas y pequeñas entre 2025 y 2026.
- CSDDD: las obligaciones podrían flexibilizarse antes de su implementación completa en 2027.
- Reglamento de Taxonomía Verde: los cambios previstos podrían suavizar los criterios de financiación verde.
Aunque la simplificación regulatoria podría facilitar la transición verde para PYMEs y atraer inversión, en las organizaciones sociales se teme que estas medidas diluyan el liderazgo europeo en sostenibilidad.
Riesgos identificados
Organizaciones como Entreculturas, junto a más de 165 ONGs y sindicatos, han señalado que estas modificaciones pueden:
- Reducir la transparencia: Al suavizar los requisitos de informes ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), se podría dificultar la evaluación del desempeño sostenible de las empresas.
- Debilitar la diligencia debida: Menos obligaciones en la cadena de suministro pueden abrir la puerta a riesgos como el greenwashing y la violación de derechos humanos.
- Afectar el liderazgo global de la UE: Relajar los estándares puede dar ventaja a otras regiones que avanzan en regulaciones sólidas para la sostenibilidad.
Una oportunidad para la colaboración
En lugar de ver estas tensiones como un obstáculo, tanto empresas como ONGs deben considerarlas como una oportunidad para el diálogo y la acción conjunta. La transición hacia un modelo económico sostenible es un desafío complejo que requiere alianzas estratégicas.
Ahora más que nunca, es esencial que empresas, sociedad civil y legisladores unan esfuerzos para que Europa conserve su liderazgo global en sostenibilidad, en un mundo cada vez más interconectado.
La clave está en encontrar puntos de convergencia que beneficien a todos: un marco normativo que impulse el desarrollo económico sin comprometer los valores ambientales y sociales que son esenciales para el futuro del planeta y las generaciones venideras.
En Entreculturas trabajamos en alianzas estratégicas con empresas, colaborando estrechamente para fortalecer sus estándares de sostenibilidad. A través del uso de marcos de rendición de cuentas en materia de impacto, contribuimos al cumplimiento de las exigencias en Información Corporativa en Sostenibilidad. Si te interesa recorrer este camino juntos, no dudes en contactar a nuestro equipo de Responsabilidad Social Corporativa.