El año 2020 marcaba los 25 años de la Declaración de Beijing, Beijing +25. Un año que debía ser de celebración y renovación de compromisos para el impulso de la Generación Igualdad. Y entonces llegó la pandemia para poner en evidencia la tremenda amenaza de retrocesos en los derechos de mujeres y niñas por la COVID-19.
Hoy, 26 de marzo, cierra la 65º reunión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW65), órgano principal de Naciones Unidas para promover la igualdad de género, tras dos semanas de sesiones virtuales en las que se ha hecho hincapié en la necesidad de atender y dedicar esfuerzos a erradicar la violencia contra niñas y mujeres incrementada como consecuencia de la COVID-19.
“Con 243 millones de mujeres víctimas de violencia de género anualmente, el problema sigue estando demasiado en las sombras. Viven con miedo, sufren en silencio y se les priva de derechos. Encerradas en lugares donde no se sienten seguras. Es tarea de todos los poderes públicos erradicar esta pandemia de las sombras”, denuncia Jutta Urpilainen, Comisionada de la UE.
Foto: Sergi Cámara / Entreculturas
Así, la discriminación y la violencia contra mujeres y niñas en los distintos ámbitos vulnera sus derechos y supone la principal barrera para avanzar en la igualdad de género en la participación de la vida pública y la toma de deciones. En este sentido, durante estos días, niñas y jóvenes de distintos lugares del mundo han tomado y reclamando el espacio de participación que les pertenece.
En la sesión promovida por la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, titulada “Activismo de niñas: logros, retos y oportunidades para el cambio social”, conocimos a Rose, activista por los derechos de la tierra de comunidad indígena en Filipinas, a Mariana, activista defensora del derecho a la educación secundaria y superior de las jóvenes en México, a Imogen, activista australiana por los derechos LGTBQI+, Jona, activista por los derechos reproductivos y a Samantha, joven activista por la salud mental, casada a los 15 años y madre a los 17, ha vuelto a estudiar y reivindica la necesidad de apoyo a mujeres jóvenes para ser autónomas y vivir dignamente con derechos y acceso de calidad a la educación.
En otro evento, la activista colombiana Tania Rosas reivindicaba que “tenemos que trabajar en equipo para poder progresar, para poder crear un cambio efectivo y duradero. Tenemos que poder acceder a tecnología de manera adecuada a nuestros contextos, así podremos inspirar a otras jóvenes que sean jóvenes líderes».
“Espacios de trabajo y relación como la CSW65 dan muestra de los movimientos a nivel internacional de la sociedad civil y Gobiernos en favor de la igualdad de género, la ruta común que nos une a quienes defendemos y reivindicamos los derechos humanos para todas las personas, especialmente de mujeres y niñas. Genera sintonías y descubre iniciativas y propuestas de otras organizaciones, movimientos y coaliciones y da pistas de seguimiento de los compromisos de los representantes políticos y organizaciones multilaterales en este área.
Resulta motivador y esperanzador asistir a presentaciones como la de UNESCO, en la que se destacó la necesidad esencial de reforzar la igualdad a través de sistemas educativos que modifiquen las relaciones entre hombres y mujeres, que pongan fin a las normas de género nocivas, que emancipen a niñas y niños de aspiraciones limitadas, y que les permitan trabajar juntos en la escuela a partir de este momento, para construir un mundo más igualitario para el futuro. Es alarmante conocer que 11 millones es el número de niñas que podrían no volver a la escuela este año debido a la interrupción sin precedentes de la educación provocada por la COVID-19.
Esta grave cifra no sólo amenaza décadas de progreso hacia la igualdad de género, sino que también pone a las niñas de todo el mundo en riesgo de embarazos adolescentes, matrimonios precoces y forzados, y violencia. Para muchas niñas, la escuela es más que una llave para un futuro mejor. Organizaciones, Gobiernos y ciudadanía tenemos que unirnos para reivindicar que es hora de convertir esta crisis en una oportunidad para reconstruir la igualdad y las y los jóvenes tienen mucho que aportar,” afirma Macarena Romero, técnica de Incidencia del área de Ciudadanía de Entreculturas.
[video:https://youtu.be/doQsqAHR_eo width:560 height:315 align:center]El cierre de la CSW65 marca el inicio de un nuevo camino impulsado por Naciones Unidas para renovar los compromisos por la igualdad, Generación Igualdad, y que se inicia con el Foro Generación Igualdad en México a partir del próximo 29 de Marzo.
“Nos encontramos en un momento crítico. La responsabilidad de nuestra era nos corresponde a nosotros: crear sociedades post-pandemia que sean más equitativas, inclusivas, justas y sostenibles,” afirma Michellet Bachelet, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.