Tras la obligada ausencia en 2020, este año volvemos con más energías aún para celebrar la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME). Dirigida por la Campaña Mundial por la Educación (CME), la SAME 2021 se celebrará del 26 al 30 de abril bajo el lema “Mil millones de voces” y abordará cómo la pandemia de COVID-19 está afectando la educación de más de mil millones de personas en todo el mundo. Además, llamará la atención sobre la necesidad de tratar, de manera urgente, la falta de financiación de la educación, agravada por la pandemia de COVID-19, que también está afectando negativamente al progreso de toda la Agenda de Desarrollo Sostenible y, específicamente, en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4).
Presentada el pasado 25 de enero, durante el lanzamiento de la campaña se mostró a través de datos y relatos el enorme impacto a nivel mundial que la COVID-19 está teniendo en la educación. Y es que durante el pico de la pandemia, se estima que 1,5 mil millones de estudiantes vieron frenada o interrumpida su educación. A pesar de que la situación a mejorado, los sistemas educativos continúan enfrentándose a una crisis devastadora y los desafíos sanitarios en torno al financiamiento público están dando como resultado que haya una menor prioridad en la educación. Si bien algunos estudiantes han regresado a la escuela, la pandemia de COVID-19 profundizó la exclusión digital de muchas comunidades especialmente vulnerables, tales como los niños con discapacidades.
En 2021, el mundo se enfrenta a un punto de inflexión para frenar una reversión sísmica en el progreso de la educación y que tiene efectos devastadores en muchos otros ODS. Además, el Banco Mundial proyecta un posible recorte de un 10% en los presupuestos destinados a la educación debido a la pandemia de COVID-19. Por este motivo, No solo deben detenerse estos retrocesos en la financiación de la educación, sino que también deben asegurarse y garantizarse incluso mayor y mejor financiación para la educación.
En palabras de Grant Kasowanjete, coordinador mundial de la CME: “En un momento como este, cada vez es más urgente e importante que los gobiernos involucren a las organizaciones de la sociedad civil en la elaboración de los presupuestos de educación para que puedan aportar sus opiniones y comentarios al presupuesto. La intención estratégica general es que los gobiernos cumplan con el compromiso que han contraído con sus ciudadanos sobre el financiamiento interno dentro del Marco de Acción 2030, asignando al menos de un 4% a un 6% del producto interno bruto (PIB) a la educación y / o al menos del 15% al 20% del gasto público en educación”.