Alicia del Real, participante de Miradas que Migran, nos cuenta en primera persona cómo fuera para ella el paso por la tercera edición del proyecto, una muestra artística realizada por alumnado de la Universidad Computense de Madrid.
Me llamo Alicia del Real y soy estudiante del Grado en Diseño de la Facultad de Bellas de la Universidad Complutense de Madrid, y participé junto a siete docentes y 200 compañeros de estudio en la tercera edición de Miradas que Migran, una exposición de más de 80 carteles, cortos audiovisuales e instalaciones que ha creado el alumnado de esta facultad, que buscan desmontar estereotipos y prejuicios sobre las migraciones forzosas.
Desde hace mucho había podido escuchar de manera externa sobre el tema de las migraciones forzosas, pero siempre me pareció que el tema se distorsionaba o no era claro por el sensacionalismo mediático, la falta de información veraz y un discurso político desde el miedo. A pesar de esto, el conocimiento real vino en el momento en el que me vi directamente responsable y partícipe de la realidad de las migraciones forzosas. Desde entonces, y aprendiendo cada día un poco más, me esfuerzo en cambiar la realidad mediante acciones al alcance de mis posibilidades.
Haber participado en Miradas que Migran me permitió conocer la realidad sobre los derechos de las personas migrantes, y de cómo nuestros países los vulneran. Concretamente el derecho al asilo, una responsabilidad de los Estados de proteger a personas cuyos derechos fundamentales están amenazados. Los Estados no abordan las causas, ni llevan a cabo propuestas de cambio. Como ciudadanía debemos exigir el cumplimiento político de los compromisos, tener un rol activo en la acogida, favorecer la convivencia con estas personas y ayudar a crear un ambiente de integración.
Con esta experiencia confirmo que cuando crees en una causa, todo resultará fácil para ti. Si crees en un cambio harás todo lo que esté en tus manos para cambiarlo; si crees en una sociedad más justa, tú serás más justo. Cualquier persona es capaz de cambiar esta realidad: simplemente hace falta conciencia y el cuestionamiento de nuestra actitud ante las migraciones y la acogida. Tomar un papel de responsabilidad y acción. Hay muchos caminos para emprender el cambio.