Para mí la Red Solidaria de Jóvenes (RSJ) significa una herramienta para cambiar el mundo. Un mundo que nos indigna por sus injusticias y que estamos decididos a cambiar. Soy Abraham, vengo de la Red Solidaria de Extremadura, donde hay 100 jóvenes, 17 educadores y educadoras y un equipo de voluntariado de 5 personas que habían pertenecido a la Red y otros 20 de la delegación de Extremadura, quienes nos acompañan en diversas actividades.
Este año participamos del IX Encuentro Global, “Somos CuidaDanía Global”, de la RSJ, en Madrid. Nos reunimos con más de 250 jóvenes, educadores y educadoras de 11 países de América Latina, África y Europa, representantes de los grupos de participación juvenil de los programas Red Solidaria de Jóvenes y Red Generación 21+.
Esta cita no es sólo un acto de convivencia, sino un compromiso. Un compromiso de cambiar el mundo. Un compromiso que traíamos con nosotros y que creció, como esa chispa que crece dentro de nosotros cuanto más compartimos. Por eso, cuando volvamos a nuestros hogares, no debemos guardar esta chispa para nosotros mismos, debemos compartirla. Ese también es nuestro compromiso.
Así, poco a poco, iremos encendiendo llamas hasta que todo el mundo tenga una que movilice su vida por un futuro mejor. Este proceso, por innovador, chocante y rompedor que sea, será importante para nuestro futuro y el de las generaciones venideras. La Red es esa herramienta que nos permite expresarnos y dar el 101%, en la que nos sentimos como una familia.
Personalmente me siento muy feliz de haber participado en el Encuentro. Me llevo esa chispa enardecida, enorme por compartir y deseoso de crear chispas allá donde vayamos. Como decía el plan de acción 2022-2023, «No dejemos que esa chispa se apague».