El 5 de diciembre se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Voluntariado. Nosotros, nosotras, como organización de cooperación para el desarrollo que apuesta por la construcción de ciudadanía global, queremos visibilizar y poner en valor el voluntariado internacional.
Antoine De Saint Exupery en su famoso libro “El Principito” cuenta que “lo esencial es invisible a los ojos” y, aprovechando este día, queremos poner en valor el voluntariado internacional como parte esencial de la cooperación para el desarrollo que este mundo necesita. Una realidad invisible, o mejor dicho, invisibilizada y poco reconocida y apoyada por las Administraciones Públicas.
El Voluntariado Pedro Arrupe (VOLPA) es un programa de voluntariado internacional transformador de larga duración (1 o 2 años en terreno) con más de 25 años de vida y con casi mil personas que han vivido una experiencia de encuentro con otras realidades de vulnerabilidad y dolor en otros países. Con la experiencia de todos estos años y tanta vida puesta en juego, son muchos los motivos que refrendan nuestra apuesta por esta modalidad de voluntariado que, sin duda, podemos constatar que realiza un aporte único y significativo a la cooperación para el desarrollo de nuestro país. De entre los numerosos motivos destacamos que esta experiencia:
- Transforma la vida cambiando opciones, prioridades, valores, maneras de relacionarse que ponen en el centro a las personas.Se camina hacia estilos de vida más sencillos y coherentes.
- Permite entender dinámicas globales en este mundo interconectado y profundizar en las causas de la desigualdad. Se compromete frente a situaciones de injusticia y se sitúa de manera más consciente y comprometida.
- Vincula a personas de otros lugares, realidades y culturas. Quita prejuicios y ayuda a descubrir la riqueza de la diversidad.
- Ayuda a descubrir realidades que de otra forma estarían invisibilizadas y a tender puentes con ellas. Realidades que también acercan a sus entornos, durante y después, de la experiencia de voluntariado.
- Realiza un aporte de valor específico en los lugares y las organizaciones donde se vive la experiencia de voluntariado. Comparte sus habilidades, conocimientos, instrumentos desde la cercanía y la confianza mutua.
Desde este aporte de valor tan significativo y necesario para el mundo en el que vivimos y en un momento donde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nos invitan a generar una alianza global para enfrentar todos los desafíos planetarios, es un sinsentido ignorar esta contribución del voluntariado internacional.
Por este motivo, invitamos a la sociedad civil organizada y especialmente a las administraciones públicas a visibilizar y fomentar programas de voluntariado internacional realizados con calidad y calidez. Para que esto se dé es necesario que el voluntariado internacional:
- Tenga una regulación específica dentro del marco de la cooperación para el desarrollo reconociendo esta realidad propia y que permita salir del limbo legal y la invisibilidad en la que se encuentra.
- Un papel clave en esto lo tiene la Agencia Española de Cooperación (AECID) y las agencias autonómicas. Es fundamental que reconozcan este voluntariado como instrumento de la cooperación que realizan. Esto implica hacerse cargo del mismo con una atención explícita en sus estrategias, planificaciones, modalidades, medidas de fomento, etc. pero también que apuesten por un modelo de acreditación de las organizaciones que aseguren la calidad de las propuestas y procesos y eviten malas prácticas que convierten al voluntariado internacional en “volunturismo” o en prácticas aún más negativas.
- Un registro de las personas que realizan el voluntariado internacional por parte de la AECID, en coordinación con las agencias autonómicas, que pueda conocer en cada momento que ciudadanía española está en esta modalidad aportando en las claves mencionadas en países de intervención de la cooperación española. Esto permitirá, además de atender las posibles emergencias con mayor consciencia, realizar informes periódicos que puedan recoger el impacto y el cambio social que este voluntariado realiza y visibilizarlo como otras cooperaciones europeas realizan.
- Uno de los problemas más preocupantes es que estas personas no están reconocidas en la Seguridad Social y cuando están fuera más de 90 días pierden el derecho a ser atendidas en nuestro sistema sanitario. La solidaridad hacia la gente más vulnerable de otros países se “paga” reduciendo derechos en el nuestro.
Javier, Sara, Paloma, Edén, José Angel, Judith, son solo algunos nombres de personas de Valladolid, Sevilla, Madrid, Burgos, Badajoz, Valencia, que han querido solidarizarse con la la población de barrios vulnerables en Nairobi, Kenia, con mujeres en explotación sexual de Nicaragua, con los niños y niñas en situación de discapacidad de Ecuador, con los migrantes de Chile o con la población más vulnerable de Haití. Ellos y ellas son la mejor marca España, ellos y ellas tienden puentes para hacer este mundo más humano, más justo, más sostenible. Porque en definitiva el #VoluntariadoEsCooperación.
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