Entrevistas | “Un niño, niña o adolescente tiene unos derechos inalienables por encima de cualquier situación migratoria o administrativa” – Yolanda González

 

Yolanda González Cerdeira forma parte del ERIC (Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación)-Radio Progreso, un  centro social y derechos humanos de Honduras. Desde hace más de una década forma parte de la Red Jesuita con Migrantes de América Latina y Caribe. Ha llevado a cabo análisis e investigaciones relacionadas con los contextos migratorios, políticas públicas y su impacto en los derechos humanos. Yolanda es la autora del informe ‘Escuela refugio, escuela que acoge. Desafíos para garantizar la acogida educativa de la infancia y juventud en movilidad forzada’.

1. ¿Cuáles son los obstáculos más comunes que pueden enfrentar las personas migrantes en América Latina en cuanto a sistemas educativos? ¿Se les garantiza el derecho a la educación a todos los niños y niñas migrantes?

Los primeros obstáculos a los que se enfrentan los niños, niñas, adolescentes y familias migrantes en América Latina es el encontrar un lugar en donde poder ir a la escuela, ya que en muchos países  y regiones latinoamericanas eso sigue siendo un desafío incluso para los propios connacionales. Luego, se encuentran en muchos casos con obstáculos legales, como la necesidad de tener documentación en regla, y económicos, ya que la situación en la que llegan es muy precaria, y llegan a zonas que de por sí presentan grandes desafíos socioeconómicos. 

En muchos países latinoamericanos ha habido ciertos avances y conciencia ante la necesidad de garantizar el derecho a la educación a la población migrante. Pero tenemos que tener  en cuenta que  en muchos casos son países que ya de por sí tienen altos retos estructurales para garantizar los derechos económicos, sociales y culturales. 

En el caso del derecho a la educación, el informe  concluye en este sentido que cuanto más fortalecidos estén sus sistemas educativos mejor van a responder a situaciones de emergencia educativa,  como sigue siendo el caso del éxodo venezolano, y por eso la combinación de la ayuda humanitaria y la ayuda al desarrollo a la educación son claves en estos contextos.

2. ¿A nivel educativo considera que España es un país de acogida? 

Considero que aun le falta bastante camino por recorrer. No es posible quedarnos satisfechas pensando que la mayoría de las niñas y niños migrados y refugiados pueden acceder al sistema educativo. Y ojo, que digo la mayoría, porque aun hay casos, como ha sucedió en Ceuta, Melilla,  o en algunas zonas, que hay niños y niñas a las que se le niega el derecho a la educación por cuestiones burocráticas o porque no logran superar las barreras económicas que supone. 

Para que España sea un país de acogida, yo destacaría algunos de esos caminos, aunque no son los únicos. En primer lugar, tendría que apostarse por un sistema educativo que valore la  diversidad como  una riqueza para el aula, para la comunidad educativa y para la sociedad en general.  Y esto nos lo debemos creer todos y todas, es decir, quienes se encargan de las políticas públicas, quienes dirigen los centros educativos y la ciudadanía.  Y en   segundo lugar, eso debería traducirse en la práctica en los presupuestos, en la formación docente, en los recursos, en los profesionales dentro de los centros, etc.  

3. ¿Qué impacto ha tenido la guerra de Ucrania para la educación en la región y si esto repercute a nivel mundial?

Es inevitable que la guerra de Ucrania haya tenido un impacto en la región, con más de 8 millones de personas refugiadas en un año, de las cuales, casi la mitad son niños, niñas y adolescentes.  Ahora bien, yo quiero rescatar un impacto importante de esta crisis. En este caso, los países de acogida dieron muestra de saber la importancia que supone la no interrupción del derecho a la educación para estos casi 4 millones de niños, niñas y adolescentes, y aun con limitaciones, podríamos decir que hubo una voluntad política y social, que se tradujo en agilidad para superar obstáculos administrativos y legales, disponibilidad presupuestaria, coordinación entre los actores… Solo en España, en menos de 90 días se escolarizó a 17 mil personas.  Por no mencionar los esfuerzos de los países directamente vecinos de Ucrania, y las organizaciones, como el SJR, que ahí siguen atendiendo y acompañando a miles de jóvenes,  en un momento si cabe más  complicado, porque como suele pasar, los focos de las cámaras ya no están en esa zona, aunque la crisis continúa. 

 Como concluye el informe, la respuesta a la crisis de Ucrania nos muestra que nuestras sociedades están preparadas para responder a estas situaciones desde la solidaridad, el enfoque de derechos, y el cumplimiento del derecho internacional humanitario y de Derechos humanos.  Y esto da esperanza

4. ¿Cuáles podrían ser los desafíos para garantizar la acogida educativa de la infancia y juventud en movilidad forzada? (de países que acogen a población escolar migrada, desplazada y refugiada). 

El desafío que podría abarcar todos los demás es algo muy obvio. Los países que acogen deben cumplir con el principio del derecho internacional de derechos humanos del interés superior del menor, ratificado por la gran mayoría de los países del mundo. En el campo en que estamos hablando, ¿esto qué significa? Que un niño, niña o adolescente tiene unos derechos inalienables por encima de cualquier situación migratoria o administrativa. Y entre ellos, el derecho a la educación, que además, es un derecho que abre la puerta a otros derechos.  

Es decir, un niño o niña en contexto de movilidad forzada, antes de cualquier cosa, es niño o niña. Y por tanto, el derecho a la educación va con él ahí donde él vaya y a donde llegue. Los Estados tienen una buena guía en el sistema internacional de derechos humanos, en concreto el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que desarrolla lo que significa garantizar el derecho a la educación: significa que esta debe ser disponible, accesible, aceptable y adaptable. Por tanto, no implica solamente que puedan “ir al cole”, lo cual ya en muchas regiones es un gran desafío, sino que  la oferta educativa debe evolucionar de acuerdo con las realidades del estudiantado, debe responder a las diferencias, valorar la pluralidad y el diálogo intercultural. 

5. ¿Considera que este informe podría ofrecer luces para garantizar la acogida educativa de la infancia y juventud en movilidad forzada? ¿Por qué?

Me alegra esta pregunta, porque creo que uno de los valores añadidos de este informe es  que aporta luces y propuestas para garantizar la acogida educativa, no solo desde la literatura o informes oficiales, sino también desde las políticas públicas, como puede ser la respuesta a la crisis de Ucrania,  o  la respuesta de los países vecinos al éxodo venezolano en América Latina. Pero sobre todo, y aquí es donde creo que radica la mayor riqueza,  el informe ofrece muchas pistas desde las experiencias de quienes están en el día a día acompañando de alguna manera a población  en contexto de movilidad forzada , en países tan diversos como Colombia, Perú, Ecuador, Rumanía o España.  Está claro que escuchar a las organizaciones e instituciones que trabajan por el derecho a la educación, los derechos de la infancia o de la población migrante, los desafíos que enfrentan, y como los abordan, marcan los pasos a seguir en el camino de garantizar la acogida educativa  de la infancia y juventud migrada y refugiada.  

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