Santillana en alianza con Entreculturas y Fe y Alegría pone en marcha #VoyaSer, un programa de apoyo integral dirigido a niñas en riesgo de exclusión de Latinoamérica, que tiene como finalidad acompañarlas durante el último año de la educación secundaria, ayudándolas a completar la educación obligatoria, y a adquirir competencias digitales y habilidades socioemocionales. Su objetivo es combatir el abandono escolar y reducir la brecha digital y la desigualdad.
Santillana lleva décadas impulsando la mejora educativa de América Latina a través de distintos proyectos educativos. En los últimos años, estos proyectos han evolucionado significativamente, adoptando un enfoque integral del alumno y de la escuela en un contexto de alta digitalización e innovación en el aula.
Los retos de futuro
Sin embargo, el acceso a una educación de calidad, el manejo de los entornos digitales y el desarrollo de habilidades emocionales sigue siendo un reto para la población estudiantil más vulnerable, sin recursos y en contextos familiares y sociales muy complejos que limitan su progreso.
“Este proyecto nace de la convicción de que la educación puede transformar la vida de las personas. Ese es el propósito de Santillana y, con este proyecto, esperamos hacerlo realidad y ayudar a que las niñas beneficiarias puedan llegar a ser lo que quieren y merecen ser”, declaró Rosa Junquera, directora corporativa de Comunicación y Sostenibilidad de Santillana.
La pandemia no ha hecho más que agudizar las desigualdades, expulsando a miles de alumnos del sistema educativo. Según UNESCO, más de 3,1 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe podrían abandonar definitivamente la escuela, y esta deserción se produce de manera significativa en la secundaria alta.
Las mujeres indígenas y rurales son las que registran los niveles más altos de analfabetismo y de abandono escolar, y tasas mucho más bajas de finalización escolar, independientemente de la edad y la zona geográfica, que sus pares hombres, según el Informe Rojo de la Fundación Entreculturas.
“Urge abordar la desigualdad de género, profundamente arraigada, que provoca la violencia hacia las niñas. Necesitamos apoyos como el de Santillana para impulsar una protección efectiva de los Derechos de las Niñas, para que dejen de ser sujetos de violencia, intimidación y abusos. Las niñas tienen derecho a una infancia en igualdad de oportunidades, libre de miedos, de amenazas y agresiones. En este sentido, la escuela es un espacio seguro donde las niñas reciben una educación de calidad, integral e inclusiva, para convertirse en ciudadanas con conciencia crítica, activas y comprometidas con sus comunidades y con los derechos de las niñas”, declara Daniel Villanueva, vicepresidente de la Fundación Entreculturas.
El programa consta de cuatro ejes: educativo, tecnológico, socioemocional y económico.
- Eje educativo: incluye contenidos y recursos pedagógicos de Santillana.
- Eje tecnológico: consiste en proporcionar a niñas y docentes formación en habilidades digitales básicas, a través de un curso online creado por BeJob, y en proveer a los centros educativos de conectividad y computadoras.
- Eje social: incide en el desarrollo socioemocional de las estudiantes a través de otro curso creado a medida también por BeJob.
- Eje económico: proporciona becas de estudio para cubrir gastos de matrícula, material y manutención.
“Como compañía educativa tenemos la responsabilidad de ser un agente de transformación social y desarrollar iniciativas que generen impacto positivo, contribuyendo a una sociedad más sostenible e inclusiva”, afirma Junquera.
Niñas con potencial
Esta primera edición se implementa en centros educativos de Guatemala y Perú, donde beneficiará a niñas indígenas con alto potencial de aprendizaje para convertirse en referentes de su comunidad.
En concreto, el proyecto acompañará a 150 niñas y, también, a 52 docentes de los centros La Casa del Saber, en Santa Lucía La Reforma, Totonicapán (Guatemala), y el Colegio Fe y Alegría nº 62 San José de Chiriaco, en el distrito de Imaza (Perú).
Se trata de dos centros educativos de Fe y Alegría donde la ayuda es especialmente necesaria, al encontrarse en zonas con altos niveles de pobreza y desigualdad: en Totonicapán, 9 de cada 10 personas indígenas vive en situación de pobreza. En el caso de Imaza, el número de años de escolaridad de la población se encuentra por debajo del promedio nacional.
“En nuestro colegio estudian 312 niñas indígenas (huambisas y awajunes), de 114 comunidades. Algunas tienen que caminar hasta 4 días para llegar a la escuela. El apoyo de Santillana va a ser muy significativo porque les va a permitir continuar sus estudios, formarse en habilidades digitales y tener la posibilidad de ser mujeres empoderadas, participativas, ciudadanas, comprometidas con su sociedad y con el medioambiente”. Declara María Jesús Laorden, directora del Colegio San José de Chiriaco.
Por su parte, Fernando Estévez, director general de Santillana Perú, añade que “el proyecto se desarrolla en una zona de la Amazonía peruana donde la realidad de género y socioeconómica es muy profunda. En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 hemos procurado un programa que justamente atienda a esta brecha”.
“Son niñas que normalmente viven en comunidades aisladas, lejos de sus centros educativos, en situaciones familiares y sociales difíciles”, asegura Luis Alonso, director general de Santillana Centroamérica Norte.
Tanto los centros como las alumnas recibirán el apoyo de la red de coaching académico de Santillana, que las acompañarán en la implementación del programa y su seguimiento.