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MIRANDO A FRANCISCO JAVIER DESDE EL VOLUNTARIADO INTERNACIONAL

Hoy martes, 3 de diciembre, celebramos el día de San Francisco Javier, santo navarro amigo de Ignacio de Loyola destacado por su capacidad de tender puentes con “las Indias”. Este santo nos desafía a fomentar competencias interculturales, a la horizontalidad en sus relaciones de amistad con las personas con las que fue encontrándose en su vida; a la transformación personal y grupal y a dar el salto a tierras lejanas… A veces necesitamos salir de nuestra tierra para ciertas transformaciones personales que se convierten en dinámicas de cambio social y cultural.

Por eso, desde las organizaciones  de cooperación internacional de la Red Xavier (RX) en Europa que trabajamos con voluntariado internacional, queremos aprovechar este día para poner en valor estos programas que contribuyen a construir sociedades más interculturales, inclusivas, sostenibles y justas.

Vivimos en un mundo que atraviesa crisis democráticas y tensiones sociales: Chile, Bolivia, Haití, Siria, Líbano, Nicaragua, Perú, Honduras, Venezuela… y nuestro viejo continente europeo no se queda atrás: aumentan las desigualdades, se incrementan los discursos del odio,… En medio de tanta división, incomprensión e indiferencia, creemos firmemente que el voluntariado internacional es una respuesta necesaria para la construcción de una ciudadanía global comprometida.

Con la experiencia de más de 30 años de nuestros programas de voluntariado internacional de larga duración en el ámbito de la cooperación para el desarrollo, queremos visibilizar los motivos que nos hacen apostar hoy, con más fuerza que nunca, por estos programas. 

El voluntariado internacional: 

  • Vincula a personas de distintos lugares, realidades y culturas, facilitando salir de uno/a mismo/a y disponerse para el encuentro con el otro/a. Intenta eliminar prejuicios y ayuda a descubrir la riqueza de la diversidad como práctica fundamental de educación intercultural.
  • Es una escuela de la vida en la que se fomentan los valores, cambio de actitudes, habilidades como la generación de relaciones horizontales, la escucha, el diálogo y el trabajo en equipo muy necesarios hoy para la construcción de un mundo más igualitario y en paz.
  • Y una Escuela del corazón, enseña a amar más y de manera gratuita. Creemos firmemente que sólo quien es consciente de la realidad y se deja afectar por ella -la ama-, tiene la capacidad de transformarse y transformar.
  • Transforma la vida cambiando opciones, prioridades, valores, maneras de relacionarse que ponen en el centro a las personas. Ayuda a tomar decisiones vitales. Impulsa a caminar hacia estilos de vida más sencillos y coherentes.
  • Permite entender dinámicas globales relacionadas con lo local, en este mundo interconectado y permite además profundizar en las causas de la desigualdad.
  • Fomenta el compromiso con la sociedad frente a situaciones de injusticia y se sitúa de manera más consciente y comprometida.
  • Ayuda a descubrir realidades que de otra forma estarían invisibilizadas y a tender puentes con ellas.
  • Brinda un aporte de valor específico en los lugares y en las organizaciones donde se vive la experiencia de voluntariado. Comparte sus habilidades, conocimientos, instrumentos desde la cercanía y la confianza mutua.  Estas habilidades y conocimientos se amplían y desarrollan durante la experiencia y se ponen en juego con todos los sentidos al regreso de la experiencia.
  • Es cauce de participación ciudadana y contribuye a la formación de una ciudadanía global consciente, responsable y comprometida.
  • Contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de manera clara fomentando una alianza global que permite enfrentar todos los desafíos planetarios

Enumerando todos estos motivos queremos, por un lado, invitar a la sociedad y especialmente a las Administraciones Públicas a que visibilicen y fomenten este tipo de programas de voluntariado internacional realizados con calidad.

Y, por otro lado, agradecer a las miles de personas voluntarias que han sido y siguen siendo semillas de transformación personal y social. Miren, Marta, Paul, Tiago,… son solo algunos nombres de personas de Portugal, Alemania, España o Reino Unido que desde su compromiso en Burundi, Chile, Mozambique, Perú,… están haciendo brillar la luz y sosteniendo la esperanza de nuestro mundo. 
A todos ellos y ellas, GRACIAS. 

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