Chen es el mayor de cinco hermanos, perdió sus dos piernas cuando estaba trabajando en la granja de sus padres. Esto supuso para su familia una situación difícil y muy compleja, hasta que en el año 2013 encontró en el Centro Arrupe de Battanbang el camino para continuar su vida con mejores oportunidades y poder ayudar a su familia una vez complete sus estudios de Informática.
Con 26 años, Chen, quien siempre busca el tiempo para ayudar en casa con las tareas domésticas, dedica parte de su tiempo a practicar baloncesto, deporte que lo ha llevado a participar en un torneo internacional en Indonesia el año pasado. En paralelo estudia segundo de Informática, y con la mitad del camino académico recorrido se prepara para cumplir su sueño de “seguir ayudando a su familia y a todo el que pueda que se encuentre en peores condiciones” que él, desde el Centro Arrupe en el que espera permanecer por mucho tiempo.
¿Cuál es el motivo de tu visita a España?
He venido aquí para compartir mi experiencia y para que la gente me conozca, y también para que conozcan el Centro Arrupe; vengo en representación del Centro y de todos los niños y jóvenes con discapacidad que viven en él, y para que conozcan más sobre Camboya.
¿Cómo es el Centro Arrupe? ¿Qué objetivos tiene?
El objetivo principal del centro es dar oportunidad a los jóvenes y niños con discapacidad para que sigan estudiando. El segundo objetivo es ayudar a gente que sufre en los pueblos y que no tienen posibilidad de otras ayudas, a quienes no tienen nada: escucharles y estar con ellos.
Cuando termines, ¿cuál es tu plan de futuro?, ¿cuál es tu sueño de futuro?
Cuando termine de estudiar quiero empezar a trabajar en una organización, si es posible, donde pueda tener un salario con el que pueda ayudar a mi familia y pueda tener un dinero para mí y para ayudar a personas que estén en peor situación que yo.
Sabemos que las minas antipersona son un problema muy grave en Camboya, que ha causado y sigue causando mucho sufrimiento a la población. ¿Qué nos puedes contar sobre ello?
La gente tiene muchísimos problemas por estas minas en la actualidad, pero es un problema que empezó por la guerra que hubo en el país: fue una guerra muy larga en la que pusieron muchas minas. Hay gente, incluso de la generación posterior, que no tuvo nada que ver con esa guerra, que las sigue sufriendo, porque pisó una mina, como es mi caso. Sigue habiendo muchas personas que viven asustadas, que no pueden trabajar en el campo porque les da miedo pisar una mina.
¿De qué manera en Camboya se está poniendo solución a este problema? ¿Se retiran las minas? ¿Creéis que se está haciendo suficiente?
Hay varias organizaciones que se encargan del desminado, pero no dan abasto, aún no han desminado todo. Están contabilizadas, aproximadamente tres millones de minas han sido quitadas. Necesitamos que haya otras organizaciones que se involucren y que ayuden a este desminado, a este costoso desminado. Esperamos que esta colaboración llegue pronto porque la gente está sufriendo mucho, y en especial los niños; como yo, que al final perdemos la vida por las minas, y que no tenemos solución.
¿Qué pedirías para que cambie esta situación?
Pediría a los distintos países que, por favor, dejen de fabricar minas, porque esas minas que fabrican acaban yendo a países como el nuestro, en el que la gente que ni siquiera conoce la guerra sufre y pierde la vida. Que por favor se deje de fabricar las minas. Yo dejé de estudiar cuando estaba trabajando en la granja de mis padres y pisé una mina. Esto me llevó a una situación muy complicada. Ya tenía una situación muy complicada, pero perder las dos piernas y no poder ayudar en casa, a mis padres también les supuso una pérdida importante de apoyo, porque yo contribuía en casa. Ahora, gracias a Dios puedo estudiar, gracias al Centro Arrupe estoy estudiando de nuevo, y espero poder volver a ayudarles en el futuro.
¿Por qué estudiar, la educación, es importante para ti?
Si me preguntáis por la educación tengo que decir dos cosas. Lo primero, lo que suponía por entonces, cuando estaba en el pueblo: era complicado estudiar porque nuestras condiciones de vida eran muy malas y tuve que dejar de estudiar, como muchos de mis amigos. Y lo segundo, lo que supone ahora: ahora tengo la oportunidad de volver a estudiar, de volver a tener un futuro esperanzador, un futuro con luz, y estoy muy agradecido.
Desde el 2001 el Centro Arrupe, más que un centro para albergar jóvenes con discapacidad producto de un contexto tan adverso y duro como el que se vive en Camboya, debido a los años de guerras y conflictos políticos, es un centro en el que se respira la esperanza y las ganas de progresar; con el acompañamiento de un equipo de profesores y profesionales liderado por Monseñor Kike Figaredo e inspirados por la visión de Pedro Arrupe SJ.
Hoy en día, el Centro Arrupe alberga a más de 30 jóvenes que conviven y comparten sus actividades junto a la Prefectura Apostólica de Battambang (Camboya) y el equipo de Educación en Pueblos Remotos (también conocido como “Obrum”, que significa “educación” en camboyano) trabajando en el apoyo, desarrollo y construcción de colegios de primaria y secundaria en zonas remotas del noroeste de Camboya, apoyando a más de 800 familias de personas con discapacidad, así como a los 17 colegios en zonas apartadas con más de 1600 alumnos y 60 docentes.
Entreculturas colabora con la Prefectura de Battambang y la Compañía de Jesús en Camboya trabajando de manera conjunta para mejorar la calidad educativa que propicie una transformación social de progreso y desarrollo. Para ello, desde finales de 2018, hemos iniciado un nuevo proyecto de colaboración que busca un replicar el modelo de la red de escuelas Fe y Alegría, respondiendo así a las necesidades educativas del pueblo camboyano.