Me llamo Carlos, tengo 27 años y soy ingeniero. Antes trabajaba como investigador en la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC, pero actualmente estoy realizando mi voluntariado VOLPA en Fe y Alegría Chad. Llevo aquí unos 13 meses y estaré aquí dos años en total.
Aunque mis tareas varían según las necesidades de la organización, en este segundo año se centran principalmente en enseñar Física en secundaria. También apoyo en el taller de soldadura, ayudando con mejoras del material de trabajo agrícola.
Chad es un contexto complejo. Este año ha habido muchos levantamientos militares anti-franceses en la franja del Sahel (Malí, Burkina Faso, Níger…). La guerra en Sudán también ha afectado mucho, tanto en la seguridad de ciertas zonas, como al comercio. La política interna se resume en un gobierno de transición regido por un líder no electo que ha eliminado a sus opositores del tablero a lo largo del año que lleva en el poder, generando incertidumbre acerca del futuro político de la región.
En este contexto tan duro, a mí personalmente me impacta la fortaleza de muchas personas que luchan con alegría por un futuro digno. Madres y padres que trabajan con mucho esfuerzo para cuidar de sus familias y asegurar que sus hijos e hijas puedan ir a la escuela. También ver a chicas adolescentes reivindicando sus derechos como mujeres… Conocer estas situaciones me hace plantearme cómo quiero estar en el mundo y me hace consciente de mis privilegios.
Considero que el voluntariado internacional es un intercambio muy positivo para todas las partes, aunque no creo que haya que idealizar la tarea ni creer que se pueda hacer de cualquier manera. VOLPA es una opción muy sólida para hacerlo con sentido, coherencia y seguridad. Si te quieres unir, mi consejo es: trae unas buenas sandalias y no dejes que el miedo decida por ti.