Este 21 de marzo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el racismo estructural y a comprometernos con la justicia y la igualdad. En este 2025, esta fecha cobra un significado especial al cumplirse 60 años de la adopción de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, un tratado fundamental que busca erradicar el racismo en todas sus manifestaciones.
Desde Amoverse, Entreculturas y Pueblos Unidos, queremos aprovechar esta fecha para recordar que el racismo no es un problema del pasado ni un fenómeno aislado: sigue presente en nuestras sociedades y se manifiesta en múltiples formas, desde la discriminación cotidiana hasta políticas y normativas que perpetúan la exclusión.
En España, el racismo no es solo cuestión de actitudes individuales; es un problema estructural que afecta de manera profunda la vida de miles de personas. Jóvenes migrantes como Yassine, participante del programa Baobab de Pueblos Unidos, enfrentan la discriminación en el transporte público, la educación, el acceso a la vivienda y el empleo. «El racismo no es solo la suma de actos individuales de prejuicio, sino un conjunto de estructuras, normas y prácticas, también a nivel institucional, que perpetúan la desigualdad”, afirma Marta Sánchez-Briñas, abogada de Pueblos Unidos.
Cuando un joven es identificado y tratado como sospechoso sólo por su origen, cuando no se le brindan las mismas oportunidades, estamos ante un problema estructural que necesita ser visibilizado y combatido.
España sigue enfrentando desafíos importantes en materia de inclusión. El acceso a derechos fundamentales como la vivienda y el empleo sigue siendo más difícil para las personas racializadas y migrantes. Además, la próxima reforma del reglamento de extranjería, prevista para mayo de 2025, genera gran incertidumbre, ya que podría dificultar la regularización de muchas personas solicitantes de asilo.
¿Cómo construimos un mundo sin racismo?
Ante esta realidad, no basta con denunciar el racismo; es necesario construir una sociedad más justa e inclusiva. En nuestro vídeo colaborativo «Cómo construimos un mundo sin racismo», diversas voces responden a esta pregunta con acciones concretas.
La transformación social empieza por cambiar las narrativas y desmontar los discursos de odio. Desde Pueblos Unidos y Entreculturas, promovemos la campaña Soy Acogida, que busca visibilizar y defender los derechos de las personas migrantes y racializadas, generando espacios de encuentro donde podamos mirarnos sin prejuicios.
El papel de cada persona en la lucha contra el racismo
La eliminación de la discriminación racial requiere un compromiso colectivo y acciones concretas:
Denunciar la discriminación en todos los espacios, desde los medios de comunicación hasta las instituciones.
Promover cambios legislativos que garanticen derechos plenos a todas las personas, independientemente de su origen.
Favorecer la educación intercultural en escuelas y espacios comunitarios, para desmontar estereotipos y prejuicios.
Fomentar el encuentro y la convivencia entre personas de diferentes orígenes, construyendo relaciones basadas en el respeto y la empatía.
Combatir los discursos de odio en redes sociales y espacios públicos, evitando la normalización del racismo.
¿Cómo construyes tú un mundo sin racismo?
Te invitamos a leer nuestra Guía Interculturalidad Crítica y Antirracismo