Hoy, Día Internacional contra la utilización de Menores Soldado, seguimos reivindicando el respeto y la defensa de los derechos de los niños y niñas que son víctimas de esta forma de esclavitud tan terrible. Por eso, el pasado 31 de enero entregamos al Papa Francisco el apoyo de las 10.545 personas que se han sumado a su llamado contra esta explotación que sufren los niños y niñas y que afecta a más de 250.000 menores en todo el mundo. Lo hicimos a través Frederic Fornos SJ, director de la Red Mundial de Oración por el Papa (RMOP).
Junto a la RMOP, hemos trabajado durante dos años para sensibilizar sobre esta realidad y sumar apoyos a esta intención, pidiendo a los gobiernos que hagan “todo lo posible para que se respete la dignidad de los niños y terminar con esta forma de esclavitud”. Nuestra propuesta, lanzada en más de 20 países, se ha centrado en cinco puntos principales:
- Que se garantice el acceso de niños y niñas a la educación gratuita para acabar así con los miles de niños explotados, en muy diversas formas, para que puedan tener un futuro digno, en igualdad de oportunidades.
- Que se garantice un trato igualitario. Todos los niños y niñas deben ser respetados, sea cual sea su origen, sexo, idioma, religión, posición económica, condiciones físicas o mentales.
- Que se garantice su derecho a una buena salud, higiene y alimentación, para que los niños crezcan y puedan desarrollarse.
- Que se preserve a los niños de los conflictos armados y del acceso a las armas.
- Que no se escatimen esfuerzos para evitar que los más vulnerables sean víctimas de la violencia, física, psicológica y sexual.
A través de tres países en los que trabajamos junto al Servicio Jesuita a Refugiados, República Centroafricana, Sudán del Sur y Colombia, hemos dado a conocer la situación que viven los menores que han sido reclutados como soldados y nuestro trabajo para protegerlos y que permanezcan en la escuela.
En este tiempo, son muchas las personas que han mostrado su adhesión a la causa o la han apoyado económicamente. Agradecemos profundamente el compromiso de todas ellas y, en especial, la implicación del Papa Francisco, que nos ayuda a seguir trabajando por la protección y la defensa de los derechos de los niños y niñas.
