El 15 de agosto se cumple el tercer aniversario de la toma de poder de los talibanes en Afganistán. Durante estos tres años, los derechos de las niñas en el país han sufrido un retroceso alarmante, especialmente en el ámbito educativo. El retorno del régimen talibán ha supuesto un grave golpe para la vida y los derechos de millones de niñas afganas que soñaban con un futuro mejor.
La negación del derecho a la educación a las niñas afganas
Desde su regreso, los talibanes han implementado políticas que restringen severamente los derechos educativos de las niñas. En septiembre de 2021, apenas un mes después de tomar el control, ordenaron el cierre indefinido de las escuelas secundarias para niñas en la mayoría del país.
Actualmente, en Afganistán existe una exclusión masiva de las niñas en la educación que, según Unicef, afecta ya a 1,5 millones de niñas. Además, las restricciones sobre la vestimenta y la segregación de género en las aulas han dificultado aún más su acceso a la educación. Esta situación no solo limita sus oportunidades educativas, sino que también las expone a un mayor riesgo de matrimonio infantil y explotación.
Además de las restricciones directas, el clima de inseguridad y el temor constante han hecho que muchas familias decidan no enviar a sus hijas a la escuela, incluso donde técnicamente podrían asistir. El resultado es una generación de niñas que está siendo privada de sus derechos fundamentales y de las herramientas necesarias para construir un futuro digno. La privación de la educación expone a las niñas, además, a otros tipos de violencia.
El matrimonio infantil ha aumentado significativamente. Aunque a día de hoy no hay datos claros, la ley del país permite contraer matrimonio a los 16 años, y a los 15 en algunas excepciones. Tradicionalmente, en Afganistán ya se daba esta práctica antes de la toma de poder, con 4 millones de niñas víctimas de matrimonio infantil. Desde la llegada de los talibanes, esta situación ha empeorado, revirtiendo algunos de los avances logrados en los últimos años en derechos de niñas y mujeres, agravada por la crisis económica y la pobreza.
El acceso a la educación superior también ha sido restringido. En diciembre de 2022, los talibanes prohibieron a las mujeres asistir a las universidades públicas y privadas, afectando a más de 100.000 jóvenes que ya estaban matriculadas. Esta prohibición se suma a una serie de medidas represivas que buscan eliminar a las mujeres del ámbito público y limitar sus oportunidades de desarrollo personal y profesional.
Retrocesos en los derechos de las niñas en otros contextos
El caso de Afganistán, aunque es particularmente grave, no es un caso aislado. En muchos otros países, los derechos de las niñas también están bajo amenaza. En regiones afectadas por conflictos armados, crisis económicas y desastres naturales, las niñas enfrentan barreras significativas para acceder a la educación y están expuestas a altos niveles de violencia y discriminación.
Actualmente, 1 de cada 5 niños y niñas en el mundo viven en zonas de conflicto o tienen que huir de su hogar a causa de la violencia. Las niñas que viven en áreas afectadas por conflictos están especialmente expuestas a la violencia de género, el abuso sexual y el matrimonio infantil, precoz y forzado. Además, enfrentan graves obstáculos para acceder a la educación, ya que tienen 2.5 veces más probabilidades de no asistir a la escuela en comparación con las niñas que no viven en zona de conflicto.
Por ejemplo, en lugares como Siria y Yemen, la guerra ha devastado las infraestructuras educativas y ha creado un entorno peligroso para las niñas. En muchas zonas de África Subsahariana, las crisis económicas y las prácticas culturales dañinas, como el matrimonio infantil, precoz y forzoso o la mutilación genital femenina, continúan impidiendo que las niñas reciban una educación adecuada.
La LUZ de las NIÑAS: seguimos trabajando para que nadie las olvide
El 15 de agosto es una fecha que las niñas afganas no olvidarán. Y que en Entreculturas tampoco olvidaremos. A través de nuestra campaña La LUZ de las NIÑAS seguimos visibilizando la situación de violencia que sufren millones de niñas en todo el mundo. Seguimos a su lado para que conozcan sus derechos y puedan defenderlos. Trabajamos en países como República Democrática del Congo, Sudán del Sur o Chad para acompañarlas, protegerlas y ofrecerles alternativas que las alejen de la violencia y los abusos constantes.