El 28 de mayo es el Día Internacional de Acción para la Salud de las Mujeres.
La salud e higiene menstrual es un derecho humano de todas las niñas y adolescentes del mundo. Por eso, a través de La LUZ de las NIÑAS trabajamos en Sudán del Sur, y en otros muchos países, apoyando a las niñas en la gestión de su menstruación y promoviendo escuelas seguras en las que las niñas puedan sentirse libres y donde su menstruación no sea un obstáculo más para continuar con su educación.
“Las niñas tenemos problemas que los chicos no tienen, porque si estás mala con la regla no vas al colegio porque quieren que estés limpia entre la gente. Y si no vienes al colegio, no te mostrarán respeto”. Jaqueline, alumna de la escuela Saint Mary, Yambio.
Como explica Jaqueline, es usual que las niñas dejan de asistir a la escuela los días que tienen la menstruación, lo que perjudica su educación y vulnera sus derechos. Esta discriminación hacia las niñas se debe, en parte, al estigma social que rodea a la menstruación y a la falta de acceso a productos de higiene personal, a instalaciones sanitarias adecuadas, así como a una educación sexual que les dé la información y el acompañamiento que necesitan.
Como consecuencia de esto, existen riesgos importantes para las niñas, tanto de aislamiento social como de abandono escolar, lo que, no solo tiene resultados muy negativos en sus logros académicos, sino que aumenta el riesgo de que estas niñas sean víctimas de matrimonios forzados, embarazos precoces u otros tipos de violencia.
A través del programa de La LUZ de las NIÑAS en Sudán del Sur, trabajamos en Yambio, al sudeste del país, junto con el Servicio Jesuita a Refugiados, donde hemos acompañado a más de 1.000 niñas y adolescentes afectadas por el conflicto, promoviendo el acceso y continuidad de su educación, una mejora en su educación sexual y gestión de la menstruación, generación de espacios seguros o reparto de kits higiénicos.
“Antes de los cursos de formación, nunca supe mucho sobre mi ciclo menstrual, cómo mantenerme limpia y a salvo de los cambios, de enfermedades y de las emociones diversas durante la etapa de la adolescencia y cómo desarrollar valores positivos en la vida para ser una buena líder y construir una buena relación con mis padres y profesores”. Christine, estudiante de la escuela Abangite, Yambio.
En este contexto, existen muy pocos espacios donde las niñas puedan socializar, y las tareas domésticas limitan su tiempo disponible para estudiar o participar en actividades fuera del hogar. Es esencial asegurar que la comunidad escolar asuma un papel más activo en el apoyo a los espacios seguros para que las niñas puedan mejorar sus conocimientos sobre sus derechos y acceder a modelos de conducta que puedan ayudarlas a ampliar sus horizontes e imaginar una vida diferente más allá del matrimonio y la maternidad inminentes.
A pesar de la complejidad del contexto, y los riesgos a los que se enfrentan las niñas en este contexto de crisis, gracias al acompañamiento y capacitación a través de La LUZ de las NIÑAS se ha conseguido grandes logros, como reducir el abandono escolar de las niñas a causa del matrimonio o el embarazo precoz. La construcción de letrinas ha supuesto una adaptación del entorno escolar a las necesidades y los desafíos que enfrentan las mujeres y las niñas. Gracias a ello se ha reducido el absentismo durante la menstruación, y las niñas sienten que pueden concentrarse y participar con más confianza en la escuela.
“Es muy importante para nosotras tener estas letrinas porque aquí nunca antes habíamos tenido servicios así, teníamos baños sin puertas y algunas chicas tienen problemas. Cuando tienen la menstruación no pueden venir al colegio, se quedan en casa porque aquí no tienen baños adecuados”. Estella, alumna del King’s Collegue, Yambio
Tras el cierre de las escuelas durante más de un año a causa de la Covid-19, el número de niñas que ha abandonado las escuelas es mucho mayor. Por eso, ahora es más necesario que nunca garantizar la vuelta al cole de las niñas y protegerlas frente al riesgo que supone abandonar la escuela y que las expone al matrimonio infantil, la trata y explotación, así como a otras formas de violencia.
A través de La LUZ de las NIÑAS, trabajamos esta temática, no solo en Sudán del Sur, también en países como Chad, República Democrática del Congo o República Centroafricana, junto con nuestras organizaciones socias Fe y Alegría y el Servicio Jesuita a Refugiados. Continuaremos trabajando para que la menstruación no sea un obstáculo para la educación de las niñas en el mundo.