- “Cuando casaron con 7 años a mi amiga al principio no entendíamos, solo estábamos emocionadas por la boda. Pero pronto vimos que ya no podía venir con nosotras, hasta que un día apareció pálida y con heridas: su marido le había golpeado con un alambre de hierro. Ese incidente se me quedó grabado para siempre. Por eso, cuando tenía 11 años y la propuesta de matrimonio llegó para mí, decidí oponerme. Con la ayuda de mi tío lo conseguí, y por eso me di cuenta de que yo también tenía que ayudar a otras”.
Son palabras de Hadiqa, activista pakistaní por los derechos de las niñas que con tan solo 17 años se ha convertido en la voz de su comunidad y ha recibido numerosos premios por su lucha. Hemos escuchado su testimonio, junto con el de Kadiatu Massaquoi, víctima también de matrimonio infantil en Sierra Leona, en el acto de presentación de «No Quiero, contra el matrimonio infantil, temprano y forzado”, un dossier que Entreculturas ha lanzado conjuntamente con las ONGD Mundo Cooperante, Save the Children y Amnistía Internacional.
“Haber pasado por esta experiencia te hace comprender que necesitamos apoyo en esta lucha. Porque si fuerzas a las niñas a casarse y quedarse embarazadas demasiado pronto, cuando ni siquiera están preparadas físicamente para dar a luz, les dejas en una situación vulnerable donde pueden sufrir violencia o incluso morir”, declara Kadiatu, de 17 años, casada y con dos hijos, que tuvo que abandonar la escuela a los 14 años al fallecer su padre y ser obligada a casarse con 15 años tras quedarse embarazada.
Denunciamos que cada día 34.500 niñas contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años en países como Burkina Faso, Sudán del Sur, República Centroafricana, Yemen o Bangladesh, pero también en otros como Reino Unido o Estados Unidos. Actualmente se estima que un total de 650 millones de mujeres de todo el mundo fueron casadas cuando eran niñas, según UNICEF.
Por regiones, los niveles de matrimonio infantil más altos están en África subsahariana, donde aproximadamente 4 de cada 10 mujeres jóvenes se casaron antes de los 18 años, seguidas del sur de Asia, donde lo estaban 3 de cada 10. La tercera en nivel de prevalencia a nivel mundial es América Latina y Caribe (23% en 2017) y por último Oriente Medio y África del Norte (17%) y Europa oriental y Asia central (11%).
Pedimos a los Estados que redoblen sus esfuerzos para poner fin a esta violación de derechos humanos. Concretamente, a las autoridades españolas les pedimos:
- Incluir, en las agendas políticas, tanto bilaterales como en el marco de la Unión Europea, con aquellos países que mantienen esta práctica, cuestiones destinadas a poner fin al matrimonio infantil y forzado.
- Destinar recursos presupuestarios suficientes a proyectos de cooperación que tengan como objetivo fomentar que se ponga fin al matrimonio infantil y forzado. Estas intervenciones deben centrarse en fomentar el empoderamiento de las niñas con un enfoque de protección y educación.
- Que ningún marco normativo en ningún país permita el matrimonio de menores de 18 años, incluido el de España, previendo excepciones con salvaguardias adecuadas en casos en los que una de las partes sea menor de esta edad, asegurando que el consentimiento es válido y no existen incentivos económicos, coacción o violencia.