Con motivo del 11 de octubre, Día Internacional de las Niñas, las niñas de diferentes países del mundo se han unido para reivindicar y defender su derecho a vivir SANAS Y SALVAS.
Desde el pasado mes de junio, más de 100 niñas en 9 países se han reunido en varias sesiones, impulsadas por la campaña global La LUZ de las NIÑAS, para discutir sobre la situación de violencia que sufren las niñas en sus países, y alrededor del mundo, y abordar las posibles soluciones y peticiones para exigir que sus derechos sean respetados.
Tras las sesiones de trabajo a nivel local, el pasado 21 de septiembre, las niñas de Guatemala, Sudán del Sur, España, El Salvador, Perú, Honduras, Kenia, Nicaragua y Chad han tenido la oportunidad de reunirse de forma virtual en un emocionante taller global, donde han podido tratar la problemática de la violencia, intercambiar ideas, opiniones y sueños acercándose a otras realidades y trabajando juntas para el cambio global.
“Todas conocemos la violencia y las desigualdades que sufrimos y también las que hemos visto en otros países» afirmó Lamaku, niña participante de Sudán del Sur. «Lo que sé es que las niñas deberíamos estar unidas y luchar juntas por nuestra propia supervivencia, para que nosotras podamos tener nuestros derechos como niñas y para ser fuertes. Quizás la educación es lo que más nos puede ayudar para conseguir nuestros objetivos y para que se nos vea como personas valiosas para el país. Estamos muy muy felices de estar aquí hoy”. El resultado de este taller global será un manifiesto con 11 peticiones, construido de forma colaborativa por las propias niñas, en el que exigimos la protección internacional efectiva de los Derechos de las Niñas.
Desde el 26 de septiembre, y durante el mes de octubre, las niñas, junto a nuestras organizaciones socias, Fe y Alegría y el Servicio Jesuita a Refugiados, presentarán este manifiesto ante diferentes instituciones públicas y llevarán a cabo numerosos actos de incidencia. En una oleada mundial de indignación y sororidad, las niñas del mundo se han unido y están saliendo a las calles para llevar su grito de protesta.
“Las niñas podemos crear nuestras propias comunidades para luchar. En nuestra generación, la mayoría de las niñas somos valientes. Somos diferentes y creo que podemos cambiar el mundo”, afirma Benedicte, refugiada congoleña en Uganda de 12 años.
Quieren ser niñas SANAS Y SALVAS y plenas de derechos, y nos invitan a unirnos a su gesto de rechazo a la violencia y difundir este manifiesto global.
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