“La humanidad todavía no ha entendido que las niñas son una bendición. Espero que lo reconozcamos antes de que sea demasiado tarde”. La maldición de ser niña de Dominique Sigaud.
El 11 de octubre es el Día Internacional de la Niña, un día clave para Entreculturas, en el que recordamos que millones de niñas y adolescentes en todo el mundo viven bajo la sombra constante de la violencia. Desde la mutilación genital femenina hasta el matrimonio infantil, precoz y forzoso pasando por la violencia sexual, cada forma de violencia deja marcas profundas e irreparables en las niñas. Y es que, en la actualidad, 230 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina, 12 millones de niñas son casadas cada año antes de cumplir los 18 años, y 150 millones han sido víctimas de violencia sexual. Desde la campaña La LUZ de las NIÑAS trabajamos para visibilizar esta violencia y reivindicar los derechos de las niñas.
Sudán del Sur: matrimonio forzoso ante una crisis prolongada
En Sudán del Sur la situación es especialmente crítica. En este país devastado por años de conflicto, el 52% de las niñas son obligadas a casarse antes de los 18 años. La guerra, la pobreza y la falta de acceso a la educación agravan aún más el riesgo de matrimonios infantiles. El matrimonio infantil no solo roba la infancia de las niñas, sino que también perpetúa el ciclo de pobreza y violencia hacia ellas.
“A mi vecina la obligaron a casarse con un hombre mayor cuando tenía 15 años. Tuvo que dejar la escuela y ahora tiene tres bebés que cuidar. Me entristece mucho. Lo que más miedo me da es la violación. Conozco a muchas niñas a las que han violado aquí y eso me da mucho miedo”, afirma una niña de 12 años participante de La LUZ de las NIÑAS en Yambio, Sudán del Sur.
América Latina y el Caribe: embarazo infantil y discriminación estructural
América Latina y el Caribe no son ajenos a esta realidad. La región tiene la segunda tasa más alta de embarazos infantiles en el mundo y se estima que casi el 18% de todos los nacimientos corresponden a mujeres menores de 20 años de edad. Esta realidad está estrechamente vinculada a la violencia sexual y la falta de acceso a la educación. En el caso de las niñas y mujeres indígenas la situación es particularmente grave, ya que sufren directamente las consecuencias de la discriminación estructural: mayores índices de pobreza y un acceso muy limitado a la educación y la sanidad.
“Cuando estaba en segundo de primaria, [debido a la violencia y la discriminación que su padre ejercía], tuve que abandonar la escuela durante meses, lo que impidió que pudiese aprobar el año escolar. Mi papá consideró el hecho de que repetiera curso como “una incapacidad por mi sexo”. Como consecuencia de esta “incapacidad” mi padre decidió no inscribirme al siguiente año; sin embargo, mi mamá ayudó a que desechara esta idea y que me permitiera seguir estudiando”. Son palabras de Andrea Pu, niña indígena guatemalteca de 13 años.
RDC: violencia sexual como arma de guerra
La República Democrática del Congo (RDC) presenta una situación alarmante. En 2023, los casos de violencia sexual en zonas de conflicto aumentaron un 50%, con 733 casos documentados solo en ese año. Las niñas en la RDC enfrentan una violencia brutal y sistemática, exacerbada por el desplazamiento y la inestabilidad.
Rachel Echoko, psicóloga especialista en violencia sexual del Servicio Jesuitas a Refugiados en el país nos explica: «Con esta guerra, la violencia sexual ha aumentado, alcanzando un nivel muy elevado. Las niñas son las más expuestas. Nosotras las ayudamos a atravesar esos momentos difíciles, a partir de sesiones terapéuticas.» Añade además: «Las secuelas físicas y psicológicas que dejan estos abusos son devastadoras y requieren de un apoyo constante y especializado para que las niñas puedan recuperarse.»
Chad: la lucha contra la mutilación genital femenina
En Chad, a pesar estar prohibido legalmente, el 34% de las mujeres entre 15 y 49 años han sido víctimas de mutilación genital femenina. Esta práctica continúa en secreto debido a las profundas desigualdades de género y la presión social.
“Yo había oído hablar de la Mutilación Genital Femenina a mi vecina y buena amiga Fátima, que era mayor que yo”, afirma Salma*, refugiada somalí en Etiopía. (*nombre ficticio para proteger su identidad). “Una noche la encontré llorando en la puerta de su casa. Cuando me acerqué a ella, vi que le caía sangre del interior de sus piernas. Fue entonces cuando oí hablar de ello por primera vez. Fátima me explicó que a muchas niñas se las mutila y me dijo que aún sentía dolor después de años”.
Un llamado a la acción
A través de nuestra campaña global La LUZ de las NIÑAS, trabajamos en estos y en otros países para concienciar a las comunidades y empoderar y proteger a las niñas de la violencia a través de la educación.
Estos datos y testimonios son un recordatorio urgente de que la violencia contra las niñas es una crisis global que requiere una respuesta contundente. Este es un llamado a gobiernos, organizaciones y personas de todo el mundo para que se unan en la lucha contra la violencia de género y trabajemos juntas para crear un futuro justo y equitativo para todas las niñas. Solo así podremos asegurar que ninguna niña tenga que vivir con miedo, y que todas puedan vivir un futuro brillante y lleno de oportunidades.