¿Por qué se necesitan más y mejores docentes?

Por desgracia, la educación sigue siendo un reto. En la actualidad, existen más de 100 millones de niños fuera de la escuela y unos 860 millones de adultos sin alfabetizar. Aunque este problema suele achacarse exclusivamente a la pobreza, lo cierto es que, de forma más concreta, se debe a la falta de docentes capacitados.

Con objeto de paliar esta carencia, la Campaña Mundial por la Educación (CME) ha incidido durante la Semana de Acción de 2006 en la necesidad de invertir en un profesorado de calidad. Su lema: "Todos los niños y niñas necesitan profes".

Uno de los objetivos que se plantearon en el Foro Mundial sobre la Educación -celebrado en Dakar (Senegal) en abril de 2000- fue el de conseguir de cara al 2015 una educación básica gratuita y de calidad para todos los niños y niñas del planeta. Pues bien, la CME estima que se necesitarán, como mínimo, 15 millones de profesores y profesoras más para lograrlo, multiplicándose ese número por 2,5 en África Subsahariana y por 1,5 en los países árabes.

En muchos países la ratio estudiantes/docentes sigue siendo extremadamente alta. En África Subsahariana la media es de 50 estudiantes por docente, llegando a 69 en países como Chad. El número de educadores de primaria debe aumentar en un 20% anual para que la proporción de alumnado/docente se reduzca a 40/1. Las condiciones salariales también son alarmantes. En muchos países el profesorado no gana lo suficiente como para salir de la pobreza. En Egipto, por ejemplo, un profesor de primaria no llega a percibir 3 dólares al día. Son situaciones como estas las que obligan a los profesores más cualificados a desplazarse hacia otros sectores mejor remunerados.

En otros casos, sin embargo, no es tanto la escasa retribución como la precaria formación de los docentes lo que imposibilita el desarrollo de la cultura. Hablamos, por ejemplo, de Tanzania o Cabo Verde, donde el 60% del profesorado sólo tiene terminados sus estudios primarios; o de Uganda y Togo, en los que tan sólo el 50% ha recibido una formación profesional específica.

Finalmente, es importante subrayar uno de los factores de vulnerabilidad más dramáticos y que constituye una auténtica lacra para muchos de los países desfavorecidos: hablamos del sida. Esta enfermedad está teniendo un gran impacto en los sistemas educativos ya que ha sido notable la pérdida de docentes a causa de esta pandemia. En Zambia el número de profesores y profesoras de primaria que han muerto a causa del sida en el 2000 asciende a 815, que corresponde al 45% de todos los profesores que terminaron su formación ese año.

         

La importante labor del profesorado

     

La educación es un Derecho Fundamental recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Educar, sin duda, es dar oportunidades, de ahí que sea tan relevante la labor docente de cara a crear ciudadanos libres y felices.

Los profesores tienen en su mano la capacidad de ofrecer herramientas como la lectura, la escritura, el cálculo o la investigación, que permiten a los individuos comprender la realidad e interactuar con ella. A medida que dan acceso a los conocimientos básicos, permiten a los niños y niñas desarrollarse y generar un aprendizaje cada vez más autónomo. Y lo que es más importante, propiciar la formación necesaria tanto a alumnos como a profesores significa crear nuevos actores sociales, promotores de cambios políticos, económicos y culturales.

Ahora bien, para que todo esto sea posible es necesario todavía que tanto los Gobiernos del Norte como los de Sur reconozcan el papel imprescindible que cumplen los docentes dentro de la sociedad e inviertan en ellos. Como ya hemos visto, la falta de preparación, los bajos salarios, el alto índice de estudiantes por docente o la enfermedad del sida son las principales afecciones a las que se ven sometidos los profesores en los países más desfavorecidos. Una mejora de sus condiciones tanto de formación como de retribución no sólo les motivaría sino que también los tornaría más eficientes en su trabajo.