Con motivo del Día Internacional de la Niña celebrado el pasado 11 de octubre, lanzamos la Campaña La Luz de las Niñas para visibilizar la desigualdad que sufren las niñas, protegerlas frente a la violencia, valorar su capacidad para elegir su futuro e incidir para transformar las causas de la injusticia hacia ellas. En este marco, se presentó el Informe Rojo “Niñas libres de violencia: derecho a la educación, garantía de igualdad”, acompañado de personas que trabajan para defender los derechos de las niñas, frente a diferentes públicos a nivel autonómico y local, a través de variadas reuniones con representantes de agencias de cooperación autonómica y nacional y otros actores locales.
En Sevilla pudimos presentar el Informe y sus principales conclusiones y recomendaciones para actuar ante la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al igual que en Oviedo ante el recién incorporado representante de la Agencia, Francisco José Villaverde Suárez y la Concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Oviedo.
Del mismo modo, asistimos a un espacio privilegiado de reunión con la recién incorporada al puesto, Clara Cabrera, como responsable de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Entre las recomendaciones que destaca el Informe señalamos la necesidad de hacer protagonistas a las niñas, promoviendo su participación en espacios públicos con su propia voz. Los Estados tienen que garantizar que las niñas víctimas de violencia de género estén amparadas por marcos integrales que protejan eficazmente sus derechos, desarrollando regulaciones garantistas y estrategias de protección, prevención y atención hacia las niñas. En el ámbito internacional, esto supone abogar por aumentar la interacción y coordinación entre los Comités de Seguimiento de la la Convención de los Derechos de la Infancia y de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, con el objetivo de fortalecer la protección internacional de los derechos de las niñas e impulsar regulaciones nacionales más eficaces en la eliminación de la violencia que sufren. España, como parte de la Comunidad Internacional, debe utilizar todos los medios a su alcance, incluida su actual posición en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, para ello.
Además, los Estados miembro de Naciones Unidas deben desarrollar y llevar a la práctica un plan de acción para implementar la Agenda 2030 en sus políticas nacionales y exteriores y presentarse a exámenes voluntarios sobre la consecución de las mismas. Resulta fundamental que estos planes incorporen medidas específicas para el cumplimiento de los ODS 4, 5, 10, 11 y 16 en aquellas metas específicamente relacionadas con la discriminación y la violencia hacia las niñas o que puedan tener un impacto positivo en su erradicación y por tanto en la igualdad de género. Para ello hace falta el compromiso de los Estados en sus respectivos planes de acción, así como que los exámenes de Naciones Unidas indaguen de manera específica en esta cuestión.
España cuenta con un Plan de Acción para la implementación de la Agenda 2030 presentado por el Gobierno en Naciones Unidas que ha de ser una oportunidad para prevenir, atender y erradicar la violencia de género contra niñas y mujeres en todo el mundo: a través de la cooperación internacional, mediante un adecuado desarrollo del V Plan Director y en coherencia con el marco de actuación de la UE sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres y las niñas a través de las relaciones exteriores de la UE, aprobado en 2015 para el periodo 2016-2020; en coordinación con las políticas educativas, incorporando en los ámbitos formales y no formales, la comprensión de la violencia hacia las niñas y el enfoque coeducativo como contenido de la educación para el desarrollo sostenible y la ciudadanía global, tal y como se recoge en la meta 4.7.
En este sentido, la idea de que la Agenda pretende “no dejar a nadie atrás” no puede cumplirse sin la consecución de la igualdad de género y la educación para todas las niñas y jóvenes en el mundo. Crear un mundo más justo, sostenible, equitativo y libre de violencia para las niñas y las jóvenes implica que todas las niñas y mujeres puedan protagonizar unas vidas dignas. Asegurar una educación de calidad, inclusiva, equitativa, transformadora, es crucial para lograr este objetivo.
En las presentaciones contamos con el testimonio de mujeres que trabajan de la mano de Entreculturas en terreno tanto desde Guatemala con Sofía Gutiérrez, desde Haití con Dinah Sánchez o desde Chad con Haydee Rivera y Sifa Kaite.
Del mismo modo, las invitadas pudieron compartir su experiencia con público cercano a Entreculturas en las delegaciones de Burgos, Santander, Oviedo, Sevilla, Barcelona, Badajoz y participaron en charlas de sensibilización en colegios de Oviedo y Barcelona.
Gracias a todas las personas que nos recibieron y se dejaron interpelar y comprometieron a trabajar para cambiar la realidad de violencia que viven las niñas en el mundo y que frustran el ejercicio de su derecho a educación en igualdad.