Hoy se conmemora un año desde el inicio del conflicto armado en Sudán, que ha dejado ya 9 millones de personas desplazadas. El enfrentamiento entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) dio lugar a una guerra civil en el país.
La situación en Sudán es preocupante. Millones de personas no logran satisfacer sus necesidades básicas para tener una vida digna como alimentos diarios, refugio, educación, acceso al agua potable y atención médica.
Consecuencias de la guerra en Sudán
La guerra en Sudán ha desencadenado una de las crisis humanitarias más duras en la región. Alrededor de 25 millones de personas, en torno a la mitad de la población, necesitan ayuda humanitaria.
“A pesar del horror, la crueldad y las crecientes necesidades de la población desplazada, la crisis en Sudán ha desaparecido de los titulares”, ha señalado Paula Casado, Responsable de Comunicación del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en África Oriental, entidad cuya labor en terreno apoya la ONG Entreculturas. Paula, que conoce de primera mano la situación de acogida en los países limítrofes, es clara al afirmar que “la terrible situación humanitaria persiste, existiendo necesidades urgentes de protección, educación, apoyo a la salud mental y refugio”.
Con una gran parte de los hospitales también inoperativos, el acceso a la atención médica es escaso. El 65% de la población carece de acceso a servicios de salud. Además, cerca de 18 millones sufren altos niveles de hambre. La situación se ve empeorada por el cierre generalizado de las escuelas, privando a 10 millones de niños y niñas de su derecho a la educación y poniendo en peligro su futuro.
En medio de este panorama, muchos han huido hacia países vecinos en busca de seguridad y esperanza para un futuro mejor.
Personas desplazadas en países vecinos
La guerra en Sudán ha desplazado a la fuerza a más de 9 millones de personas, convirtiéndola en la mayor crisis de desplazamiento forzado en el mundo. Aproximadamente 7 millones de ellas son desplazadas internas, mientras que 2 millones son refugiadas que han buscado refugio en los países vecinos.
Sudán del Sur es el que más personas desplazadas ha acogido, con más de 600.000 personas. Chad le sigue de cerca, con aproximadamente 600.000 llegadas, mientras que en tercer lugar se encuentra Egipto, con 500.000 personas que han cruzado sus fronteras. Etiopía y la República Centroafricana también han recibido números significativos de personas desplazadas desde Sudán.
Estas cifras reflejan el impacto que el conflicto en Sudán está teniendo en toda la región oriental de África, donde familias enteras se ven forzadas a huir a otros países buscando refugio. Según datos, el 58% de las personas desplazadas a Chad son mujeres y niñas, mientras que el 64% son niños y niñas menores de 18 años. Una situación similar ocurre en Sudán del Sur, donde las mujeres y las niñas representan el 50% de la población desplazada, con el 51% siendo niños y niñas menores de 18 años.
¿Cómo trabajamos para atender las necesidades de las personas desplazadas por la guerra en Sudán?
En respuesta a esta crisis, apoyamos la labor del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) tanto en Chad como en Sudán del Sur, acompañando a las personas desplazadas por el conflicto en Sudán. Nuestro trabajo se centra en la educación en Chad y brindando rehabilitación y apoyo en salud mental en Sudán del Sur. También proporcionamos artículos básicos no alimentarios como jabón, colchones y mosquiteros para las comunidades desplazadas más vulnerables, incluidas las personas con necesidades especiales y los sobrevivientes de violencia de género.
Aún hay desafíos significativos para asegurar los recursos necesarios para continuar con el trabajo humanitario vital en estas regiones. La comunidad global debe unir esfuerzos en apoyo a las personas desplazadas de Sudán y servir como un faro de esperanza en esta crisis
