Cuando tenía 15 años, Kim Chivalán, que por aquel entonces había abandonado el colegio a instancia de sus padres para trabajar y así aportar económicamente a la familia, se planteó qué quería para su futuro. De seguir sin estudiar, pensó, su vida estaría condenada a trabajar jornadas interminables en el campo o como sirvienta en otras casas. 

Este dilema que le quitó el sueño durante tanto tiempo es el que ha compartido con cientos de personas en los actos que hemos llevado a cabo en las cinco ciudades en las que hemos presentado nuestro último Informe Rojo: “Seguras para aprender en Libertad”, un Informe que sirve para dotar del discurso político que Entreculturas defiende para reivindicar estrategias de protección y empoderamiento de las niñas mediante la educación. La gira ha tenido paradas en las delegaciones de Zaragoza, Badajoz, Mérida, Valencia y Madrid, y ha llevado a Kim a contar su historia ante alumnado y profesorado, medios de comunicación e instituciones políticas. Junto a ella, le han acompañado Sofía Gutiérrez, Responsable de Comunicación y Acción Pública de Fe y Alegría Guatemala y Macarena Romero, técnica de Incidencia de Entreculturas y coordinadora del Informe.

Reacia a un futuro, tal y como ella dice, “lleno de tristeza y sufrimiento”, Kim decidió dar la vuelta a su vida y matricularse, a escondidas de su padre, en el centro Fe y Alegría que se realiza en alianza con el Instituto Radiofónico de Guatemala (IGER).

Guatemala es uno de los países más desiguales de América Latina y son las mujeres y niñas quienes más sufren la discriminación y exclusión. “Por el simple hecho de ser niña se les enmarca en un papel que no pueden elegir, que generalmente es hacia el cuidado de la casa y de la familia”, denuncia Sofía Gutiérrez. 

Gira por cuatro delegaciones

Kim y Sofía han dando voz a las miles de niñas guatemaltecas que ven limitadas sus opciones de futuro. Durante varios días, han tenido la oportunidad de contar la realidad que contemplan y sufren y dar a conocer la importancia de la educación en estos contextos.

Tras la presentación en el colegio madrileño P. Piquer, donde también llevaron a cabo distintos talleres con el alumnado, viajaron a Extremadura, donde se reunieron con Ángel Calle, Director de la Agencia Extremeña de Cooperación (AEXCID), con quien abordaron la importancia de que se avance hacia el cumplimiento del ODS4: “una educación de calidad e inclusiva para todas y todos”.

En Badajoz, visitaron la Escuela Virgen de Guadalupe y el CEIP Enrique Iglesias; y en Mérida llevaron su mensaje a la Residencia Universitaria Hernán Cortés. “Siento que cuando cuento mi historia la gente queda asombrada de que a pesar de las dificultades que hay en Guatemala, cuando se quiere, se puede”, contó Kim tras la gira. 

La Dirección General de Cooperación de la Comunidad Valencia también recibió a Kim y Sofía. Ambas se reunieron con su Directora, Xelo Angulo, quien aseguró que “el derecho a la educación es fundamental para romper con las desigualdad y promover la justicia social”. 

Para Kim, la educación le ha hecho cambiar su visión de futuro. Actualmente ya no teme tener que dedicarse al campo o servir a otra familia, sino que en 10 años se visualiza como “una gran locutora o presentadora de TV”. También sueña con tener su propio negocio: “me gustaría tener un café internet en mi comunidad, porque cuando los niños y niñas tienen que hacer tareas de investigación en internet han de cruzar un río y subir una gran cuesta para llegar al pueblo”.

Estas opciones de futuro que le ilusionan las pudo compartir en la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, donde tuvo lugar también una importante reunión con su Subdirectora, Clara Cabrera, donde pudimos señalar cuáles son los siguientes pasos políticos a nivel de Naciones Unidas para reivindicar los derechos de las niñas a vivir libres de violencia.

Embajadoras del Informe Rojo

Junto con nuestra compañera Macarena Romero, técnica de Incidencia, Kim y Sofía fueron las embajadoras del Informe Rojo de este año, titulado “Seguras para aprender en libertad”. Tras su lanzamiento oficial en rueda de prensa en Madrid, junto con Rozalén y Beatriz, el Informe se presentó en Zaragoza, Extremadura y Valencia. 

En dichas presentaciones Sofía recordó que las desigualdades son mayores en las zonas indígenas, donde se cree que es suficiente con que la mujer aprenda a leer y a escribir. “El promedio de estudios de una mujer indígena es de tres años y eso la limita a la hora de elegir su futuro y desarrollarse plenamente”, dijo.

Esto es precisamente lo que denuncia el Informe, que la vulneración del derecho a la educación, que sufren principalmente las niñas y jóvenes, limita sus oportunidades y les impide ejercer otros derechos. Una fórmula que también funciona a la inversa; es decir, la educación tiene un efecto protector (previniendo la violencia, reparando traumas y malas experiencias, empoderando a niñas y mujeres, y fomentando las relaciones igualitarias) y es la llave para ejercer otros derechos, como a la salud, a la participación, los derechos sexuales y reproductivos, etc.

El Informe pone en evidencia un marco global de datos sobre la violencia ejercida contra las niñas en el mundo para luego rescatar las obligaciones con respecto al derecho a la educación por parte de los Estados, así como el papel de la ciudadanía en reivindicar y proteger el derecho a la educación de niñas y jóvenes. Además, el Informe recoge una serie de recomendaciones a los gobiernos como incrementar la inversión en educación, comprometerse con la educación o firmar la Declaración sobre Escuelas Seguras.