La educación de calidad es un derecho humano básico
e impostergable para todas las personas, en cualquier situación y a lo largo de toda su vida.
La educación, además, posibilita el acceso a los demás derechos humanos.
La educación de calidad es un derecho humano básico
e impostergable para todas las personas, en cualquier situación y a lo largo de toda su vida.
La educación, además, posibilita el acceso a los demás derechos humanos.
- Promueve la paz y las libertades fundamentales
- Salva vidas, mejora la nutrición y la salud
- Contribuye a la reducción de la pobreza
- Es clave para lograr un desarrollo sostenible y el equilibrio medioambiental
- Promueve la equidad de género
- Empodera a las personas e impulsa la participación social
- Fortalece la democracia
Garantizar una educación de calidad para todas las personas es responsabilidad del
Estado y toda la sociedad se siente corresponsable con él en esa tarea.
Sin embargo la realidad nos muestra que la educación de calidad para todas las personas
a lo largo de su vida es un derecho que se viola de manera sistemática:
El objetivo relativo a la educación en la Agenda Mundial de Desarrollo Sostenible es el objetivo 4 que compromete a todos los países firmantes a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas las personas antes de 2030.
Coloca a la persona en el centro de todo el proceso educativo
- Practica una pedagogía participativa, relevante, creativa, eficiente y eficaz
- Desarrolla actitudes y habilidades para mejorar la vida
- Ofrece una formación integral
- No excluye a nadie
Nos permite tomar conciencia sobre la realidad,
reflexionar sobre la misma y comprometernos en su transformación
Fe y Alegría desarrolla en cada centro educativo una CULTURA DE MEJORA: Un proceso continuo
de reflexión, evaluación e interpretación de la realidad, tanto al interior del centro como
en su entorno, para tomar decisiones adecuadas
Lo pedagógico debe ser central en una gestión que ha de promover la corresponsabilidad y, por consiguiente, la construcción de un proyecto educativo participativo.
Parte de la realidad, intereses y necesidades de los educandos. Busca construir un currículo flexible y dinámico donde educadores y educadoras juegan un rol fundamental.
La sociedad que soñamos ha de hacerse realidad en la escuela, donde deben promoverse valores como la participación, la libertad, la justicia, el respeto mutuo, la tolerancia y la solidaridad.
La escuela puede y debe ser un espacio de encuentro, un escenario donde las distintas personas y asociaciones que comparten un territorio se proyecten hacia la comunidad para mejorar la vida.
los problemas y oportunidades de la comunidad en la que está inserto y contribuye a su desarrollo
con un proyecto educativo contextualizado y construido con la comunidad
una gestión democrática, participativa y transparente
reflexión sobre el quehacer educativo, el respeto mutuo y el trabajo colaborativo entre educadores
el buen clima escolar y la resolución colectiva de conflictos
que su misión va más allá de sus propios muros
para aprender y mejorar
para lograr una educación pública de calidad
La eficacia en relación con la equidad y no como un valor en sí. Es esencial lograr que la más alta proporción posible de alumnos y alumnas accedan, permanezcan y egresen habiendo alcanzado los objetivos de aprendizaje. Estos resultados son eficaces sólo si posibilitan también el crecimiento de todos los educandos -teniendo en cuenta sus condiciones socioculturales y sus conocimientos previos- y la construcción de comunidades democráticas y participativas.
El impacto está relacionado con la utilización pertinente que el egresado hace de su aprendizaje para mejorar su desempeño en el ámbito laboral y como ciudadano comprometido en la mejora de la calidad de su vida y de la de su comunidad. En Fe y Alegría, el impacto de su propuesta educativa se muestra cuando el centro educativo es parte de un movimiento o espacio de trabajo más amplio que el de la sola educación y se compromete en la construcción de una nueva sociedad.
Valora y favorece la participación en los procesos educativos y de gestión. La pertinencia examina en qué medida los contenidos, planes y programas específicos responden a las demandas y necesidades de los educandos, de las comunidades y sociedades en que se desarrollan, y del propio sistema educativo. Las valoraciones de pertinencia requieren la participación responsable de todos los actores, como condición ética para que las decisiones sean válidas y les comprometan.
La eficiencia debe plasmarse en una cultura organizativa capaz de potenciar y aprovechar creativamente los recursos disponibles. Es importante valorar el nivel de logro de los resultados -ya sea de desempeño como de procesos- con relación a los recursos que se utilizan. A la par es preciso valorar la creatividad en la gestión para el aprovechamiento de esos recursos, considerando los condicionamientos del entorno.
Al hablar de calidad, es preciso considerar en qué medida las acciones y programas educativos llegan a los beneficiarios deseados, es decir, a la población más desfavorecida. En este sentido, se debe estar atento a si los grupos con los que se trabaja son los prioritarios y si la acción está justificada en función del análisis de la realidad y de las necesidades de las poblaciones.
En Fe y Alegría la innovación aspira a transformar las prácticas pedagógicas en función del contexto y de su propuesta educativa. La innovación debe incluir los métodos y pedagogías, los contenidos y el currículo, los programas institucionales, el centro y el aula, los materiales educativos, las prácticas de mejora de la gestión y la propia relación educador-educando.