Isabel, VOLPA regresada de Argentina

Me llamo Isabel Bernal, soy de Murcia y siempre he tenido vocación de exploradora. Me considero una persona sensible, curiosa  y tímida a la vez. Me encanta escuchar historias de vida y empaparme de ellas, por eso me hice VOLPA.
La idea de hacer un voluntariado de larga duración ha estado siempre conmigo y creo que mi familia también ha tenido mucho que ver: mis padres siempre me animaban a hacer aquello que me hiciera feliz y, además, mi tío Vicente -que trabajaba para construir un mundo mejor- siempre ha sido un referente para mí. Tenía el anhelo de viajar lejos, cruzar el océano, conocer otras culturas y ahora, al final de mi aventura, creo que lo he conseguido. 
Conocía Entreculturas porque me había topado alguna ve z de frente con los chicos de la Delegación de Murcia haciendo algún evento o acto por la ciudad, pero nunca contacté con ellos porque en ese momento yo estaba estudiando, trabajando y, a la vez, haciendo otro tipo de voluntariado. Pero hubo un día en que di el paso y me animé. Cuando empecé el programa VOLPA de Entreculturas yo vivía en Madrid junto con Miguel, mi pareja. Hablamos largo y tendido de hacer la entrevista para comenzar el proceso... y, dos años después, me vi a su lado cruzando el Atlántico en un viaje de 18 horas camino de Argentina.
Aterrizamos en Buenos Aires y tuvimos una acogida hermosa por parte del equipo de Fe y Alegría. Unos días después llegamos a Corrientes, que nos esperaba con lluvia y con el Paraná bordeando su costa, y recibimos otra increíble bienvenida de quienes iban a ser nuestra familia los dos siguientes años de nuestra vida.
Desde que llegué mi labor se centró en los jóvenes del Centro Ongay, de Fe y Alegría. Un barrio con pocos recursos y donde la escuela es el epicentro que llena de vida el entorno. El primer año hice junto con Diego (un profesor de la escuela) talleres de motivación y liderazgo con alumnos y alumnas de secundaria que acudían voluntariamente en hora extra escolar a trabajar con nosotros. El segundo año cambió mi función. En mi condición de voluntaria, me dieron la oportunidad de ser el enlace de la Oficina Nacional entre los dentro de Fe y Alegría de Argentina, en el marco de un programa de la Federación que íbamos a incorporar en nuestro trabajo con los jóvenes: “FormaAcción para la ParticipaAcción”. Esta etapa ha sido increíble y, de hecho, me gustaría seguir colaborando desde la distancia en todo lo que pueda aportar.
Han sido dos años muy intensos. Me quedo con todo lo que he aprendido en todos los niveles, con las personas que he conocido y que querré siempre, con las amistades que nunca desaparecerán y con las ganas de seguir transformando el mundo y transformándome a mí. VOLPA es una experiencia que te cambia la vida.