Abdel y Blanca, VOLPAS en Nicaragua

Carrera, máster, trabajo, casa y familia. Pongamos todo patas arriba, vamos de VOLPA. Me llamo Abdel y yo me llamo Blanca. Y esta es nuestra historia.

Hace siete meses pusimos rumbo a Nicaragua decididos a vivir una experiencia que prometía ser la de nuestra vida. Una experiencia que marcaría un antes y un después. Y así fue.

Somotillo, así se llama nuestro nuevo hogar. Una pequeña localidad fronteriza con Honduras y a doscientos kilómetros de la capital. Un lugar cálido en todos los sentidos. Y no es tanto por el clima caliente, si no por la gente con quienes estamos compartiendo nuestra vida.

En la Resistencia, un barrio muy bien definido por su nombre, se encuentra la escuela San Ignacio de Loyola Fe y Alegría. Una escuela que resiste a la falta de recursos con mucha dignidad, con mucha fe y bastante alegría. Y en sus rincones, los héroes de esta experiencia. Nuestros niños y niñas, chavalos y chavalas, maestros y maestras. Aquí desempeñamos nuestra labor de acompañar a los profes para fortalecer conjuntamente los procesos pedagógicos de aula y centro. Pero eso no es todo, como bien indica el lema de nuestro colegio: “En Todo Amar y Servir”. Ahí estamos nosotros muchas veces haciendo de todo un poco, en la secretaría, portería, incluso en la cocina.

VOLPA, es una experiencia de vida por excelencia, una escuela donde lo material pierde todo el protagonismo, una escuela donde destaca lo humano.

Se trata de una experiencia donde uno se pone a corazón abierto, donde el amor es más que un término, más que un lema “cursi”. El amor se convierte en un estilo de vida.