Sanando heridas: talleres para la terapia del trauma en Sudán del Sur
- Sudán del Sur
Todos tenemos un pasado y un futuro, que coinciden en el aquí y ahora. Con las raíces de nuestro pasado construimos el presente, y el futuro lo construimos con sueños, planes profesionales, oportunidades educativas y nuestra profesión elegida. A una persona refugiada, sin embargo, ese pasado le ha sido arrebatado, ha quedado atrás, destruido: ha perdido la seguridad y la protección del hogar, de la familia y de la comunidad, llegando incluso a perder a sus seres queridos. Las secuelas que provocan las situaciones de desplazamiento forzoso en estas personas no son solo físicas, sino también emocionales, afectando en mayor medida a los niños y niñas. Por todo esto, desde Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) damos especial importancia a la atención psicosocial de estas personas, llevando a cabo iniciativas como un taller para la terapia del trauma en Mabán, Sudán del Sur, en el que les dotamos de las herramientas necesarias para superar por ellas mismas estas situaciones traumáticas.
Refugiado sudanés en Mabán aprendiendo técnicas para combatir el trauma. Fotografía: Albert González Farran/AFP
En Sudán del Sur, el Estado más joven del mundo (reconocido internacionalmente en 2011) estalló a finales de 2013 una guerra civil que enfrenta al Ejército de Sudán del Sur con el SPLA-IO, un grupo escindido del propio ejército regular, y con otras facciones rebeldes. Los últimos datos de Naciones Unidas indican que un millón y medio de personas se ha refugiado en países vecinos (principalmente en Uganda y Etiopía) y 1.850.000 personas se han desplazado a otras zonas del país buscando refugio. Durante este tiempo, el flujo de población afectada por la guerra no ha dejado de aumentar. A la situación de crisis humanitaria derivada de la guerra y del colapso de la economía se suma la hambruna declarada el 20 de febrero de 2017 en algunas zonas del país.
La guerra civil ha sido el desencadenante de esta emergencia humanitaria: tres años de conflicto han colapsado la economía del país, la inflación se ha disparado (ha llegado a alcanzar el 800%) y la población no puede comprar los escasos productos en los mercados locales ya que los precios de los alimentos básicos han llegado a cuadruplicarse en el último año. Millones de personas han abandonado sus campos de cultivo al desplazarse para huir de la guerra, por lo que han perdido su principal fuente de alimentación.
Desde Entreculturas llevamos años apoyando la labor del JRS en Sudán del Sur y, actualmente, estamos presentes en dos enlaves: Mabán y Yambio. En Mabán trabajamos con población refugiada (procedente de Sudán), con población desplazada internamente a causa de la guerra civil y, también, con la población local. Nuestro trabajo se centra en llevar a cabo proyectos educativos (de educación infantil, primaria, alfabetización básica para personas adultas, atención especial a estudiantes con algún tipo de discapacidad, etc.), acciones de apoyo psicosocial (ayudar a superar situaciones traumáticas que estos grupos de población han vivido) y fomentar la educación para la reconciliación y la paz entre los distintos grupos de población.
Una de las actividades más recientes destinadas a ofrecer apoyo psicosocial a las personas refugiadas en Mabán ha sido el taller para la terapia del trauma, que fue coordinado por la Hna. Barbara Paleczny (de la ONG Solidaridad con Sudán del Sur). El objetivo de la formación fue enseñar una serie de técnicas de sanación a las personas expuestas a acontecimientos traumáticos, ya que la población refugiada se ve sometida a numerosas situaciones de estrés que afectan gravemente a su bienestar psicológico, lo que puede provocarles graves secuelas. Incluyó prácticas relacionadas con la terapia del bienestar, la educación multicultural para la transformación del trauma, el lenguaje corporal y ejercicios de integración personal.
Gracias al taller, los asistentes aprendieron cómo funcionan las diferentes partes de su cerebro. El neocórtex piensa, organiza ejecutivamente, conecta nociones, considera alternativas y valora soluciones. Nuestro "cerebro medio" es la fuente de recuerdos y emociones, ayuda a nuestra supervivencia y nos da fuerzas para actuar. El "cerebro reptiliano", sin embargo, activa la alarma para actuar, luchar y huir de determinadas situaciones.
Al final del taller, algunos participantes víctimas de la pérdida violenta de familiares fueron capaces de expresar perdón a los ejecutores de sus seres queridos. Algunos estudiantes se expresaron de esta manera: "La coexistencia pacífica conduce a un futuro exitoso"; "La reconciliación nos une y cierra nuestra heridas"; "Gracias a este taller veo posible volver a confiar y ver a los otros con un nuevo espíritu con un nuevo corazón". La desgracia puede afectar a la vida social, moral y espiritual de las personas, por lo que este tipo de terapias para la curación de heridas y cicatrices son imprescindibles para dar esperanza y unir a individuos y comunidades.