José Luis Presedo Díaz, un homenaje de delegado

Entre los asistentes estaba el P. Provincial de España, quien leyó una cariñosa carta del Padre General de la Compañía. También se sumó con unas letras el P. Provincial de Rumanía, Pablo Guerrero, a las que dio lectura el P. Superior de A Coruña Ramón Fresnesda. Toño Allende, director de Sal Terrae, tomó la palabra para agradecer a José Luis su trabajo a lo largo de estos 11 años. Finalmente Emilio Martínez, antiguo presidente de la Coordinadora Gallega, habló agradeciendo a José Luis su trabajo en la Coordinadora.

 

 

 

Palabras de José Luis Presedo

Mi historia con Entreculturas se remonta al año 2001, cuando dos jesuitas, profesores de mis hijos que eran alumnos del Colegio Santa María del Mar, se enteraron de mi prejubilación y me ofrecieron poner en marcha la Delegación de Entreculturas en A Coruña, proyecto que, no sin muchas dudas, acepté.
Después de 35 años de vida profesional, mi prejubilación hizo que me replanteara el futuro de manera diferente y, en ese nuevo camino, hacer alguna actividad solidaria me resultaba primordial. La propuesta de los jesuitas Pablo Guerrero y Antonio Allende satisfizo sobradamente mis pretensiones, a pesar del reto que suponía para mí, pues de cooperación al desarrollo solamente conocía las publicaciones periódicas de las ONG de Desarrollo de las que era socio.

Las primeras tareas fueron encaminadas a conseguir la inscripción de Entreculturas en los registros oficiales de Galicia y en los órganos de representación de la Cooperación gallega, así como ante las administraciones públicas de nuestra ciudad. A medida que se fueron incorporando voluntarios fuimos realizando diferentes actividades tendentes a la sensibilización de la sociedad coruñesa y a tratar de conseguir el reconocimiento de Entreculturas como la ONG de la Compañía de Jesús y como referente en Educación. La coordinación de los voluntarios, la planificación de nuestras actividades y la participación en todas las campañas de Entreculturas fueron nuestros objetivos durante estos años, en los que la presencia en los órganos de representación de la cooperación gallega fue relevante. Por otra parte, el apoyo de la Comunidad de Jesuitas de A Coruña y Santiago de Compostela hizo posible y más sencilla la tarea.

 

Estar en Entreculturas era una manera diferente de relacionarme con los demás. Fue lo que más me impactó desde el principio: encontrar compañeros y amigos con los que llevar a cabo un mismo proyecto, personas que sienten como tú y aportan su granito de arena en la lucha por la justicia y la solidaridad entre todos los seres humanos, el encuentro con la realidad del Sur y con sus gentes. Muy difícil para mí describir todo lo recibido en estos años...

Por mi parte, puse a disposición de Entreculturas toda mi experiencia profesional de una vida de trabajo en tareas de gestión en el mundo de la empresa, además de mi buena voluntad para llevar a cabo la tarea que se me había encomendado y que, sin la ayuda de todos los voluntarios de la Delegación y compañeros de la Sede Central, no hubiera sido posible.