Haití, 2 años después del terremoto. No olvidamos.

 

Dos años después del terremoto que asoló Puerto Príncipe y en un contexto marcado por severos recortes en cooperación, las ONG de Desarrollo españolas que trabajan en el país han rendido cuentas explicando su trabajo y analizando los retos que quedan por delante en la promoción del desarrollo del país. Algunas de las ideas más destacables son las siguientes:

  • Las ONG de la Coordinadora han recaudado más de 132 millones de euros de los que más de 72 ya han sido invertidos en proyectos de salud, educación, agricultura, prevención de catástrofes.
  • Casi el 80% de los fondos recaudados ha sido de origen privado, lo que demuestra el compromiso de la sociedad española con la solidaridad incluso en tiempos de crisis.
  • A día de hoy, casi 520.000 personas continúan sin hogar en Haití, el cólera representa una seria amenaza para la población, el acceso a servicios sociales básicos es muy limitado y el 45% de las personas sufre inseguridad alimentaria.
  • Según estimaciones de la ONU, de los 4.600 millones de dólares comprometidos por los países donantes en 2010 y 2011, solo se ha entregado el 43%

 

La que fue la mayor catástrofe humanitaria de los últimos años -causando la muerte a más de 300.000 personas- desató una respuesta histórica por parte de la sociedad española que fue canalizada a través de ONG. Más de 132 millones recaudados que, gracias en gran parte a la solidaridad ciudadana, permitieron en un primer momento realizar una ayuda humanitaria inmediata y, posteriormente, acompañar el desarrollo del país a través de proyectos de de salud, educación, agua y saneamiento, lucha contra el cólera, agricultura, soberanía alimentaria o prevención ante futuras catástrofes. El compromiso con Haití continúa; algunas ONGD acaban de recibir fondos de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID) para seguir trabajando en el país y apoyando su desarrollo a largo plazo.

Los retos para el desarrollo del país y para la prevención ante posibles catástrofes futuras son enormes y requieren un compromiso a largo plazo. Es necesaria una mayor coordinación y liderazgo del gobierno haitiano, pero también urge que los fondos comprometidos por los países donantes se hagan efectivos. Hasta ahora, sólo el 43% de los 4.600 millones prometidos han sido entregados. En cuanto a España, los recortes en cooperación recientemente anunciados por el gobierno español hacen temer que el papel destacado que ha tenido y tiene en Haití (donde es el tercer donante) puede estar en juego y con él, la garantía de las necesidades básicas de la población.

La comunidad internacional tiene la responsabilidad de acompañar el proceso de reconstrucción de Haití garantizando su desarrollo a largo plazo. Esperamos que los recursos destinados para ello no estén ligados a intereses económicos y que las políticas internacionales de carácter comercial, económico, migratorio y medioambiental sean revisadas para que contribuyan al fortalecimiento del país frente a su actual vulnerabilidad extrema.

Entreculturas mantiene su compromiso con Haití

El terremoto de Haití dejó más de 5.000 escuelas totalmente destruidas y más de 300.000 niños y niñas se quedaron sin acceso a la educación (que vinieron a sumarse a los casi 3 millones que ya se encontraban fuera del sistema educativo).

Tras el seísmo, el gobierno haitiano puso en marcha el "Programa de de escolarización universal, gratuita y obligatoria", por el cual se repararon 653 escuelas y se construyeron otras 612.

Paralelamente, Entreculturas -en conjunción con el equipo de Fe y Alegría en Haití-, se puso manos a la obra para atender al pueblo haitiano en ese contexto de emergencia. Para ello, a través de todas las organizaciones que integran la Red Xavier, se recaudaron 3.179.448€, una cantidad que Entreculturas se comprometió a gestionar en su totalidad.

Tras una primera fase de atención humanitaria (que se prolongó durante los 6 primeros meses), iniciamos una segunda fase centrada en el acompañamiento de las víctimas y la urgencia de reconstituir el sistema educativo del país como vía para la regeneración de Haití.

Y es en esa segunda fase (programada para 3 años) en la que nos encontramos todavía. Una fase que está compuesta por cuatro líneas de actuación en las que ya hemos registrado algunos buenos resultados:

LINEA 1: Mejora y Ampliación de infraestructuras educativas de calidad
  • Objetivo: construcción de aulas de calidad en el Este, centro y Sudoeste de Haití.
  • Metas alcanzadas: 38 aulas terminadas, 9 en proceso de construcción y 1.880 nuevas plazas escolares al año. 
     

 

 

LINEA 2: Educación técnica para el empleo en la reconstrucción

  • Objetivo: formación técnica a jóvenes en 13 disciplinas diferentes enfocadas a la reconstrucción y el empleo.
  • Metas alcanzadas: 2.845 alumnos formados en las dos primeras promociones.
     

 

 

LINEA 3: Educación de emergencia en 5 campos de desplazados

  • Objetivo: proporcionar educación en aulas temporales dentro de los campos de desplazados que aún siguen en pie en Puerto Príncipe.
  • Metas alcanzadas: 633 niños/as han recibido cursos sobre hábitos higiénicos y han participado en actividades de ocio, lúdicas y culturales.
     

 

LINEA 4: Formación de profesores

  • Objetivo: formar a docentes para que apliquen técnicas pedagógicas adecuadas y de calidad en el aula.
  • Metas alcanzadas: 366 profesores y profesoras han sido formados en 46 escuelas diferentes.
     

 

 "En Haití hay un futuro y ese futuro pasa por la educación; hay pequeñas luces que debemos ver como signos de esperanza. En contextos de emergencia es muy importante llamar la atención sobre la educación. En primer lugar, la educación es una herramienta vital para la protección de los menores en los campamentos de desplazados; por otra parte, es importante garantizar espacios a los que niños y niñas puedan acudir con seguridad para estudiar y exteriorizar el trauma vivido", afirma Ana Cristina, responsable de los proyectos que Entreculturas gestiona en Haití.

Para Entreculturas, el futuro de Haití pasa por la educación. Los jóvenes haitianos son el motor para el desarrollo y la reconstrucción del país y la formación encaminada al empleo que están recibiendo es esencial para ello.

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