“Gracias a la formación que recibí, hoy tengo mi propio negocio”
Nos encontramos en el ecuador de nuestro programa de formación e inserción laboral, que llevamos a cabo junto a Accenture, Fe y Alegría y otras organizaciones socias (como Radio ECCA y el JRS) en 21 países de tres continentes: América, África y Europa. Nuestro reto es formar en competencias a 80.000 personas y que 57.000 logren insertarse en el mercado laboral entre 2015 y 2018.
La formación en competencias para el empleo es uno de los pilares fundamentales de la iniciativa. Los alumnos y alumnas pasan por dos niveles formativos: el de competencias básicas y transversales (como Comunicación, Gestión de personas, Creatividad e innovación, Negociación, Orientación al cliente y al logro…) y el de competencias específicas, que tienen que ver con la especialidad técnica de cada estudiante (como Microemprendimiento, Gestión de riesgos laborales, Gestión integral de ventas o Gestión logística).
Pero no solo queremos formar a los estudiantes, sino asegurar la calidad de dicha formación. Por eso, la medición del impacto constituye una parte esencial de nuestro trabajo: a través de un sistema de simuladores online, medimos la mejora en el aprendizaje que los alumnos y alumnas han experimentado después de la formación en competencias. A día de hoy, hemos ofrecido formación a más 45.000 estudiantes y hemos comprobado que 35.000 han mejorado en dos o más de las competencias en las que se han formado.
© Monteserín Fotografía
El otro gran pilar del programa es el fomento de la inserción laboral de los estudiantes. En este sentido, nuestro trabajo pone el foco en la mejora de la intermediación entre los centros de formación y el mundo laboral.
Los centros están logrando mayores y mejores contactos con las empresas y, fruto de ello, ya son más de 20.000 los jóvenes que han logrado encontrar un empleo. Una de ellas es Mayi, que ha abierto su propio negocio en Santa Cruz (Bolivia) tras su participación en el programa mientras estudiaba en el instituto técnico Fe y Alegría San Alonso. “Fui a aprender, a estudiar, porque mi sueño desde muy chica era tener mi propia peluquería. La formación en emprendimiento y los consejos de mi profesora me orientaron y me ayudaron a empezar mi negocio.”
Los resultados son importantes, pero no lo son menos los procesos que los sostienen. El principal logro de estos años de trabajo conjunto ha sido la consolidación de una manera de trabajar basada en procesos que cuidan la gestión del cambio y se basan en el acompañamiento cercano de las personas, en el apoyo a la hora de resolver sus dificultades, en la transferencia de capacidades y en hacer protagonistas a las personas que participan en el programa. Todo ello con la única idea de conseguir que los logros obtenidos se sostengan en el tiempo.
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“Cuando nuestros estudiantes realizan sus pasantías no están solos”, explica Javier Cedeno, docente y coordinador de prácticas del centro Juan Pablo II de Fe y Alegría en Bramadora (Ecuador), “ya que tienen el apoyo del docente del área, que realiza un seguimiento de su trabajo en la empresa. Los alumnos y alumnas que terminan sus pasantías me dicen que no hay mayor satisfacción que el agradecimiento de los directivos, su felicitación por el trabajo bien hecho y por su buen grado de preparación.”
“En ello hay que reconocer el contagio de Accenture con su estilo de trabajo, y el de Entreculturas con su modo de aproximación y lectura de la realidad de los contextos más vulnerables”, comenta Asier Bengoa, coordinador de Formación para el Trabajo de la Federación Internacional de Fe y Alegría. “Una manera de trabajar juntos, en equipo, buscando tener el mayor y mejor impacto allá donde la educación de calidad es necesaria.”
* Esta iniciativa da continuidad al programa conjunto de cuatro años de duración (2011-2014), que logró formar en competencias a 80.000 estudiantes de 10 países y que 16.000 encontrasen un empleo.