El Papa Francisco defiende públicamente la educación de las personas refugiadas

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El sábado 14 de noviembre a las 12 de la mañana, 15 personas refugiadas, así como personal y amigos del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS por sus siglas en inglés), asistirán a una audiencia privada con el Papa Francisco. El Santo Padre hablará sobre la importancia de la educación para los niños y jóvenes refugiados como forma de construir la paz y promover el desarrollo de sociedades más resilientes y cohesionadas. El evento conmemorará el 35º aniversario del Servicio Jesuita a Refugiados, fundado por el ex Padre General de la Compañía de Jesús, Pedro Arrupe SJ, coincidiendo con el aniversario de su nacimiento. Dani Villanueva SJ, director de Entreculturas y su antecesor en el cargo, Agustín Alonso SJ estarán presentes en el acto.

Francisco ha instado reiteradamente a los católicos a recibir a las personas refugiadas, diciendo que el mundo está sufriendo una "globalización de la indiferencia", haciendo caso omiso a todos los que claman por misericordia. El sábado, como precursor del Año Santo de la Misericordia que comienza el 8 de diciembre, el Papa va a reconocer formalmente y prometer su apoyo a la Iniciativa de Educación del JRS Global, una iniciativa destinada a ampliar los programas educativos del JRS a 100.000 refugiados adicionales para el año 2020.

Los niños y niñas en Bangui (República Centroafricana) continúan aprendiendo a pesar del conflicto que les rodea. (Laura Sheahen) 


Los refugiados se enfrentan a una serie de obstáculos en su intento por acceder a la educación, desde el hacinamiento en las escuelas hasta la xenofobia en las comunidades de acogida. Su derecho fundamental a la educación a menudo no se cumple. Entre los niños refugiados, sólo el 36% a nivel mundial van a la escuela secundaria y menos del 1% tienen la oportunidad de seguir una educación superior.
 

Durante 35 años, el JRS ha proporcionado educación de calidad como una herramienta para que las personas desarrollen su propio potencial y contribuyan plenamente al crecimiento, la fuerza y la estabilidad de sus comunidades. La escuela permite a los que se han visto forzados a huir de sus hogares tener un espacio compartido, reconstruir una comunidad y otorgar un sentido de normalidad. El Papa Francisco ha hecho un llamamiento histórico para proteger a las personas refugiadas y atender a los más vulnerables. El acceso a la educación puede mantener a los niños y niñas seguros y protegidos de riesgos como la violencia basada en el género, el reclutamiento en grupos armados, el trabajo infantil o el matrimonio precoz.


Los programas del Servicio Jesuita a Refugiados se encuentran en 45 países, prestando asistencia a los refugiados en los campos y ciudades, las personas desplazadas dentro de sus propios países, los solicitantes de asilo en las ciudades y las personas recluidas en centros de detención. Las principales áreas de trabajo so la educación, la asistencia de emergencia, salud, actividades de subsistencia y servicios sociales. Los servicios se proporcionan a los refugiados independientemente de su raza, origen étnico o las creencias religiosas.

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