El futuro es ahora: innovación educativa para una sociedad más justa y equitativa

El mundo está en constante cambio pero los alumnos y alumnas continúan estudiando como hace varias generaciones. Como dice Jaime Benjumea, coordinador de innovación pedagógica de Fe y Alegría Colombia: “Hay una demanda por una educación para el futuro, pero el futuro ya está aquí. La transformación educativa tiene que ser ya”.  

La innovación educativa es una prioridad para los centros que quieren garantizar un educación de calidad, inclusiva y que esté al servicio de la transformación social. Este es el sentir de los docentes que han participado en el Curso de Innovación Educativa para el Aprendizaje y la Transformación Social, una iniciativa de Entreculturas, la Federación Internacional de Fe y Alegría, EDUCSI y ALBOAN, desde donde proponemos un enfoque formativo, reflexivo y vivencial.

“La innovación está vinculada a un para qué y en este caso el para qué es la transformación social. Crear un mundo mejor”, son las palabras de las personas miembros del equipo dinamizador del curso. 

Esta formación ha unido, por segunda vez presencialmente (la primera fue en enero en Madrid y Barcelona después de un año de trabajo on line), a profesores y profesoras de Colombia, Guatemala, España y Ecuador del 22 al 30 de abril en un espacio de intercambio de experiencias y reflexiones.

Durante los días de formación, las personas participantes han visitado varios centros educativos de la Regional Pichincha y de la Zona Santo Domingo de Fe y Alegría, además de algunos colegios jesuitas y obras de la Compañía de Jesús como el Centro del Muchacho Trabajador (CMT); lo que les ha permitido vivenciar experiencias en innovación educativa y combinar jornadas de formación y reflexión.


 

Uno de los centros visitados fue la Unidad Educativa José María Vélaz, cuya rectora y participante del curso, la Hermana Maribel Vásquez, señaló que el desafío más grande en innovación educativa es la formación de los docentes. “Necesitamos que los profesores y profesoras se empoderen, que lleven a las aulas la formación que reciben y así se dé el cambio que la educación necesita”. 

También el alumnado cobra un rol protagónico en los procesos de transformación educativa.  “Lo que está claro es que los métodos tradicionales de educación en las aulas los niños ni están contentos ni felices en la escuela. La educación está demandando otras cosas, otras motivaciones. Está implicando un trabajo por el ser, por esas capacidades y habilidades para vivir una vida en plenitud”, asegura Jaime Benjumea, miembro del equipo dinamizador del curso.
 
Para la Hermana Maribel Vásquez “cuando los niños y jóvenes se sienten que pertenecen a la institución eso ya les va haciendo cambiar. También el darles oportunidades para expresarse, desarrollar las habilidades que tienen, acercarse a ellos y a sus realidades. Lo que buscamos es que los niños aprendan disfrutando. Disfrutar aprendiendo”.


 

Con tal de profundizar en estos temas, el curso contó con una un mesa de diálogo en torno a la innovación educativa para la transformación social, contando con la participación de Jean Carlos García, docente investigador de la Facultad de Educación de la PUCE, Josep Menéndez consultor internacional de educación y Carlos Vargas, Director de Fe y Alegría Ecuador. Este diálogo se organizó en conjunto con la Pontificia Universidad Católica el viernes 26 de abril.
 
Iniciativas de cambio
El curso acabará en septiembre y, ahora, los y las participantes están trabajando las propuestas concretas de aplicación de lo aprendido para llevar iniciativas de cambio a los centros y a las regiones donde trabajan.

Estos cambios están relacionados con transformar la visión de la escuela, colocando al alumnado en el centro del proceso de aprendizaje, otorgándole  un rol más activo y cambiando los roles de alumnado y profesorado; poniendo a la inclusión y la transformación como eje central, valorando la trascendencia del acompañamiento de los/as estudiantes, una nueva evaluación y, en definitiva, una educación que busca impactos concretos en la formación de los y las jóvenes para una sociedad más justa y solidaria.