Cambiemos nuestras miradas. VII Encuentro Nacional de Entreculturas
Hemos contado también con la mirada de América Latina a través de Jorge Cela, director de la Federación Internacional de Fe y Alegría; una mirada a un continente "único y múltiple al mismo tiempo, que tiene el reto de consolidar las democracias concibiendo al ciudadano como sujeto de derechos y no como cliente de favores y gratitudes", aseguró; un continente que tiene su mirada puesta en los jóvenes pues son los que pueden asegurar su futuro siendo los que permitan a América Latina entrar a formar parte del mundo globalizado, no desde la perspectiva subordinada actual, sino de igual a igual, desde una identidad propia y respetada; una mirada a un continente en el que la educación es clave, una educación que permita desarrollar las habilidades y reforzar los valores. Esta mirada se complementó con la de Beatriz González, voluntaria de Entreculturas de la delegación de Burgos, que, tras su paso por un colegio de Fe y Alegría de Perú, ha aprendido a revalorizar todo aquello de lo que dispone y a sentirse agradecida por gozar de múltiples oportunidades, entre ellas, haber entrado en contacto con la realidad de América Latina.
También hemos contado con la mirada de África a través de los ojos del keniano Elías Omondi, responsable de la Acción Social de los jesuitas en el continente. Hemos visto unas gentes que aspiran a un futuro mejor a través de la educación, el buen gobierno, la responsabilidad de los dirigentes, la buena gestión de los recursos naturales y el intercambio cultural. Un continente que debe y quiere reunir sus recursos para crear una nueva esperanza y en el que la ayuda internacional debe complementar los esfuerzos locales y no sustituirlos.
Este Encuentro nos ha invitado, como expresó Luis Arancibia, director adjunto de Entreculturas, a enfrentarnos al mundo con una mirada lúcida, viendo las cosas tal como son; con una mirada más profunda, descubriendo, por ejemplo, un continente africano lleno de valores y riquezas culturales; con una mirada alternativa, que nos haga concebir la globalización mundial como una gran familia y no como un gran mercado; una mirada que nos descoloque, que nos desborde, que nos conmueva e interrogue; una mirada que traspase la realidad y nos haga descubrir en la realidad los sueños y utopías de que el cambio es posible.
En definitiva, el Encuentro ha sido una invitación a vivir con sentido, trabajando por la justicia, y con sensibilidad. Y Entreculturas se configura como un espacio que nos puede ayudar a ello, una organización que, lejos de burocratizarse, trata de ser una organización que sienta junto a los que padecen y luchan por una vida digna y justa.