Diario de Rozalén y Beatriz en Chad - Día 3
Diario de Rozalén
El momento más duro... Porque todo lo que tenga rostro de niño/a te hace diminuto y te parte en mil pedazos.
Me llega por varias vías el último vídeo de René (Residente). Muchos saben que es uno de mis artistas favoritos. Me lo envían por honesto, por sensible... Porque quiere volver a ser niño en los brazos de su madre.
Yo llevo un tiempo escribiendo mucho sobre mis recuerdos de la infancia. Sueño a menudo con aquellas noches de verano en la terraza de la casa del pueblo cuando aún vivía el abuelo. Cuando era libre. Libre de verdad. Lo hago sobretodo cuando quiero que me trague la tierra. Porque lo tengo absolutamente todo pero no me basta. Porque no puedo volver a entonces. Porque siempre hay algo que falta.
Escribo estas palabras sobre un cuaderno que tiene en la tapa una acuarela en la que me envuelven los brazos de mi padre, como las ramas de un árbol eterno.
Y yo observo a estos niños/as que jamás han visto una guitarra, que llevan a sus espaldas a sus bebés hermanos/as, muñecos de carne y hueso, y me pregunto si ellos/as añorarán su infancia cuando pasen los años. Niños que nacieron aquí, en un campo de refugiados, que es ya su pueblo, ajenos a su realidad y ajenos a la realidad del resto del mundo. Niños que lloran y vomitan el primer día de colegio y que luego no quieren dejar de estudiar... Porque tienen unas maestras impresionantes que los cuidan como si fueran sus propios hijos.
¿La infancia? Tener las necesidades básicas cubiertas. Jugar durante horas descalzo al fútbol sobre la tierra. Descansar bajo la sombra de un árbol. Colgarte del cuello de una madre... Dormirte abrazado a ella. Hoy me cuestiono qué es lo que hace FELIZ una infancia...
Diario de Beatriz
¡Hoy hemos ido al cole!
Aquí todo el mundo te regala su sonrisa y te mantiene la mirada mientras nos saludamos. Creo que nos alegramos de encontrarnos.
Hoy hemos visitado varias escuelas. Allí nos han recibido con sus canciones y toda su atención, nosotras les hemos ofrecido "Girasoles", mostrado una guitarra en vivo por primera vez y explicado mi trabajo, no habían visto antes la lengua de signos. Ha sido emocionante compartir.
También nos hemos podido reunir con maestras y monitoras de un colegio y de preescolar, (¡qué necesaria la educación en todas las etapas!). Nos han hablado sobre metodología, cariño, dar a las niñas y niños un espacio seguro, tratarles como si fueran sus madres... y como mujeres: de su empeño en que sus hijas no sufran la ablación... Ellas viven las consecuencia de esta mutilación... Su amor es más fuerte que las tradiciones.