Diario de Rozalén - Día 4


 

Guatemala es país de tránsito para el narcotráfico. La mercancía parte de Sudamérica, de Centroamérica con el fin de llegar a los EEUU. México, la puerta. “Ustedes consuman que ya ponemos nosotros los muertos”, “Erradiquen sus narices, no nuestros cultivos”.

Ocurre lo mismo con las migraciones. Son muchos también los guatemaltecos que quieren escapar de sus condiciones precarias con el sueño de una vida digna.  El tren que cruza desde Chiapas al norte de México es conocido como ‘La Bestia’. 

Suben a ese tren pagando cantidades desorbitadas a los ‘coyotes’, los traficantes de vidas. Lo hacen poniendo en peligro sus vidas. Si se caen y no mueren, sufren mutilaciones de las extremidades. Las mujeres se toman la píldora a modo preventivo antes de subir por la alta probabilidad de ser violadas en cualquier momento del viaje. Quienes logran llegar se enfrentarán a una realidad durísima... Muy diferente a la soñada. Muchos se quedan en el camino. Quienes no lo logran, volverán a sus países con todas las secuelas del viaje y endeudados, muchas más dificultades que cuando partieron. 

Hoy hemos amanecido en Chichicastenango. Después de desayunar hemos ido un ratito al mercado. Ya sabéis que me encantan... Sus colores, sus olores. Es ahí donde sucede la vida. 

Las ancianas cargan en su espalda volúmenes mucho mayores que ellas. Muchas niñas hacen tortillas junto a sus madres. Es muy peculiar el sonido de sus palmas. Parece fácil pero me cuentan, quienes lo han intentado, que no lo es. 
Las ropas tejidas a mano son mucho más caras que las hechas a máquina. Son honestos y te muestran los nudos que hay al revés cuando la prenda lleva horas de trabajo. No puedo decir lo mismo del teñido de sus colores, aunque creo que soy yo la que no ha tenido buena suerte, porque llevo ahora mismo las axilas moradas de una camisa preciosa. Pongámosle humor al asunto. Se soluciona con agua fría y sal, para quien no lo sepa. 

La parte de arriba de su traje típico se llama ‘huipil’, la más llamativa, la falda ‘corte’ y el cinturón ‘faja’.

Hay cuatro tipos de maíz: el amarillo, el rojo, el blanco y el negro. Las tortillas de maíz negro son las más sabrosas.

En medio del mercado hay dos Iglesias católicas blancas, una frente a la otra, en las que se siguen celebrando rezos y ceremonias mayas. No pudieron arrebatarles sus creencias y ahora conviven juntas entre cantos, velas e inciensos. 
Después nos llevaron al inmenso lago de Atitlán. Conocer los paisajes de un país es conocer su pueblo y su cultura. Parece un mar... Está impresionantemente rodeado de volcanes. En Guatemala hay 33 volcanes, 3 de ellos activos. En sus faldas encontramos la tierra más fértil. Existen leyendas de amor entre los vientos que crean remolinos en el lago cada día... 

Subimos en una lancha para visitar un pueblito cercano donde trabajan la cerámica. Nos hemos adentrado en las habitaciones donde crean. 

Hoy he sido más consciente de todo el esfuerzo, todas las horas, todo el amor que esconde cada trozo de tela hecho a mano, cada artesanía. Lo que supone vender algo cada día... Intentaré pensarlo más a menudo para dar más valor a las cosas...